LILY LUCIANO
l.luciano @ hoy.com .do
Reza el viejo refrán que de tal palo tal astilla, tal es el caso de Willy Pérez, hijo del maestro de la plástica Guillo Pérez, quien ha plasmado en 20 obras de arte su amor por la naturaleza, su deseo que se proteja la fauna y flora y la belleza tropical que caracteriza a Quisqueya.
Se trata de la XVIII exposición individual del artista, que se está presentando en la sala de exposiciones del Instituto Cultural Dominico Americano con el título Agua, vida y tierra, y permanecerá hasta el día 2 de mayo.
Willy entiende que el arte es, junto al acto lúdico de búsquedas y formulaciones, desafío al que se entra plagado de inquietud por esos extraños y desconcertantes bellos modos de conocer, por esa ciencia de la inventiva y las emociones cuyo laboratorio de certezas son las manos.
El artista indicó que la tela y el pincel son las almas que usa para desahogarse y animar a las personas a luchar contra la destrucción de la naturaleza. Sus cuadros son muy coloridos y alegres, y en ellos logra capturar la esencia de lo caribeño. En más de una pintura deja salir su pasión por el color turquesa del mar. Mis creaciones son muy coloridas, probablemente porque llevo dentro de mí mucho del Caribe, manifestó entre carcajadas Willy Pérez.
Las 20 pinturas recogen varios rincones del país, desde los bellos atardeceres de las Salinas, Baní, donde se disfruta de las cálidas caricias del sol y las frescas aguas de una hermosa playa, hasta el triste panorama que se vive en la ribera del Ozama donde la miseria es la protagonista.
Willy Pérez siente una preocupación por los daños que los humanos le causan a la naturaleza y como artista persigue en cada pintura fomentar la conservación de la misma, por esa razón el tema de la exposición guarda mucha relación con la reciente celebración del Día Internacional de la Tierra.
Agua, vida y tierra fue un reto técnico para mí porque, preparé estas 20 obras para esta exposición, en esta oportunidad me propuse trabajar mis temas a base de espátula, resaltando los acentos, persiguiendo la melodía del color, afirmó el primogénito del afamado pintor dominicano Guillo Pérez.
Dijo sentirse cada vez más liberado de ataduras; que le interesa el color en su dualidad vibrante y melódica y que, aunque se queda con las estructuras a la hora de componer sus piezas, regala agradecido a los diletantes del arte la oportunidad de regodearse en el color sinfónico, compuesto a base de tonalidades rítmicas, diversas y bastante dinámicas.
No creo en el arte tremendista, o mejor dicho no lo siento, precisó Willy Pérez al ser cuestionado sobre por qué sus colores resaltan, son tan vibrantes, tan llenos de energía y vitalidad.
Agregó que no es parte de esa generación de artistas grandiosos que abordaron el arte con un sentimiento telúrico, surgido de sus propias circunstancias vitales e históricas. Soy de otra generación y tengo muy arraigadas las raíces caribeñas.
La muestra. Las 20 pinturas estarán en exhibición hasta el próximo 14 de mayo.
Willy Pérez es un connotado artista que ha mostrado sus obras en diversos escenarios nacionales e internacionales.
Los interesados pueden asistir a presenciar la muestra en horarios de 10:00 de la mañana a 8:00 de la noche en el Instituto Dominico Americano.
El protagonista
Willy Pérez
Artista plástico
Se ha dedicado a la pintura por 30 años.
Es un amante de la naturaleza, se siente muy identificado con sus raíces.
Heredero de talento. Es hijo del conocido pintor Guillo Pérez. Lleva 30 años dedicado a las artes plásticas y ha realizado 18 exposiciones individuales, además de participar en 50 colectivas. Sus obras han sido merecedoras de premios y reconocimientos en concursos nacionales de arte. Pérez es egresado de la Universidad Autónoma de Santo Domingo donde realizó estudios de publicidad, también estuvo en la escuela de arte de Cándido Bidó y en la escuela Art Student League de Nueva York.
Zoom
Romántico colorido
Uno de los temas explorados por Willy Pérez es el universo del agua. El ha descifrado un enigma marino y ha apresado en sus obras los tesoros que encierran la flora y la fauna. Sin embargo, el artista no se ha detenido en la biodiversidad marina y el entorno acuático, sino que en su pintura aparecen varios paisajes dominicanos resaltando el colorido antillano, cuyos detalles sugieren la conservación ecológica.