En memoria a mi profesor
Dr. Ángel Chan Aquino

En memoria a mi profesor<BR>Dr. Ángel Chan Aquino

José J. NORBERTO
Yo tenía  diez años cuando el programa televisivo “Sábado de mi ciudad” de Horacio Lamadrid presentó unas de las primeras cirugías a corazón abierto realizadas en la República Dominicana por el doctor Ángel Chan Aquino.  Recuerdo que se trataba de un reemplazo de válvula mitral.

 Esta experiencia me impactó para toda mi vida y tomé la decisión a los 10 años de ser un cirujano cardíaco; de esta forma empezó mi travesía de seguir los pasos del maestro doctor Chan Aquino. Lo conocí personalmente en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, donde fui su alumno en la cátedra de cirugía.

Luego tuve el honor de trabajar en la clínica Chan Santos, situada en lo que es hoy “Corazones Unidos”. Durante este tiempo preparaba los exámenes requeridos para venir a los Estado Unidos y así  entrenarme en cirugía general y cirugía cardiotoráxica.  Aproveché esta oportunidad para conocer más de cerca a mi profesor.

En su oficina tenía fotografías enmarcadas de los grandes pioneros de la época romántica de la cirugía cardíaca, con los cuales tenía un trato personal.

Fue en su oficina donde me familiaricé con las hazañas de los padres de la cirugía cardíaca moderna; me refiero a los doctores Michael Debakey, Denton Cooley, Favarolo, Christian Barnard y otros. Su entusiasmo era contagioso.

Luego llegó la hora de mi partida hacia los Estados Unidos en busca de mi sueño quirúrgico. Creo que él estaba tan entusiasmado como yo de la oportunidad que se me presentaba.

Varios años transcurrieron hasta que logré verlo en uno de mis viajes a Santo Domingo. Fuimos a comer a un restaurante chino.

En ese entonces, él me preguntaba de mi travesía y comparábamos épocas. Él estaba muy interesado en mi experiencia con los trasplantes de corazón en la Universidad de Ohio State (OSU).

Yo estaba maravillado de ese entusiasmo científico permanente del doctor Chan Aquino. Fue durante ese viaje que le pregunté aspectos acerca de la técnica empleada en las primeras cirugías cardíacas en la República Dominicana. 

Luego mi madre me notificó que él había publicado un escrito en uno de los periódicos de Santo Domingo, en el cual narraba algunos de los detalles de esa última conversación entre él y yo.

Hoy me he enterado de la muerte de mi Maestro doctor Ángel Chan Aquino, al cual le agradeceré siempre el haber afectado mi vida de la forma como lo hizo.

Hoy puedo decir que soy cirujano cardíaco en gran parte a que lo vi por televisión realizando una cirugía cardíaca.

Hoy me duele sobremanera porque quería dedicarle en vida nuestra próxima jornada de cirugía cardíaca para personas pobres. Pero aún así, te la dedico querido maestro.

El autor es director de Cirugía Cardíaca del  Fairfield  Medical Center, en Lancaster, Ohio, Estados Unidos.

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