Señor director:
Aunque no dispongo de cifras, tengo la casi seguridad de que entre los dominicanos se registran elevados casos de enfermedades auditivas. Las campañas electorales nuestras son las más bulliciosas de toda la región.

Vivimos en permanente proselitismo político. Aunque las elecciones ahora son cada dos años, la política aquí nos ocupa todo el tiempo.

Los llamados “disco light”, provistos de gigantescas bocinas, y una música estridente que se difunde por barrios y urbanizaciones, calles y avenidas de la Capital, debe provocar afecciones al oído.

Como las campañas son abiertas, legales y constitucionales, nadie pone reparos.

¿Y por la salud nuestra quién vela?

Atentamente,

Rocío C. Hernández N. 

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Deficiencias de los hospitales

Señor director:

Me valgo de la interesante sección El Buzón, de ese diario, para referirme a la calamitosa situación de los hospitales.

De entrada, reconozco que existe sobre-demanda de servicios en los centros, pero esa precisamente debía ser la principal preocupación.

Da pena que muchos de nuestros hospitales no dispongan de suficientes salas, camas, equipos ni material quirúrgico para atender los crecientes requerimientos.

La población, como consecuencia de la emigración del campo a la ciudad, ha ido en constante aumento.

Y si a ello añadimos la cantidad de haitianos y haitianas que vienen a recibir asistencia médica, nos encontraremos en presencia de un grave problema.

Atentamente,

Héctor R. Martínez valdez