CARMEN HEREDIA DE GUERRERO
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Un verdadero entretenimiento constituyó el nuevo espectáculo ofrecido por el Ballet Clásico Nacional en la Sala Manuel Rueda, bajo el nombre de Divertimento, como parte del Mes de la Danza.
En el lenguaje de la danza clásica, el divertimento corresponde a los bailes que se introducen en los grandes ballets, generalmente al final del primer acto.
Aquí la palabra es usada en su acepción genérica, como diversión, y presenta una variedad de números de diferentes géneros que tienen como resultante una heterogénea producción, como para satisfacer todos los gustos.
El pas de deux de Diana y Acteón, incluido por Petipá en el ballet Esmeralda de Jules Perrot , se ha mantenido independiente, más allá del propio ballet, dentro del repertorio de los grandes bailarines, a partir de la versión de la Vaganova.
Diseñada para el lucimiento de los intérpretes, requiere de éstos pasión y virtuosismo, y eso hacen Maikel Acosta y María Valeria Melogno, quienes unen sus talentos, resaltando la destreza de Acosta en su variación.
El grand pas del tercer acto del ballet Raymonda la boda- entre la noble Raymonda y el príncipe húngaro Jean de Brienne, tiene como figuras principales a Adriana Pérez y Julian Garay.
Las características de este ballet con música de Glazunov, estimulan la habilidad interpretativa, siendo el estilo su punto resaltante, es logrado en buena medida por los intérpretes. Intervienen además, Ariadna Roblejo y Alba López.
Homenaje. La gran noche de danza tenía un objetivo principal, que llena de satisfacción y nostalgia: reconocer a una de nuestras grandes bailarinas de todos los tiempos, Pastora Delgado, en su despedida de los escenarios. Para tan trascendental ocasión, la profesora Irmgard Despradel creó un ballet para ella: Pastora.
La coreógrafa su maestra logra con sus diseños proyectar a la bailarina de líneas clásicas perfectas, en todo su potencial estético. La danza de Pastora, siempre sublime, su entrega de amor en cada interpretación, hacía honor al honor recibido.
Pastora se retira en la cima de su carrera, por lo que habrá que recordarla como la estrella que ha sido, sin disminución de sus facultades y talentos.
Gracias a es gran bailarina Pastora Delgado por los grandes momentos que proporcionó con su arte, gracias por su vida de entrega a la danza nacional.
Otros bailes. Del ballet Carmen de Bizet, coreografiado por Carlos Veitía, el solo de don José es uno de los momentos mejor logrados; lo han interpretado muchos bailarines nuestros, pero sin lugar a duda Elvis Guzmán logra una de la mejores representaciones, con una actuación llena de dramatismo y pasión que logra conmover.
Elvis Guzmán se descubre como un creador de danza de fina sensibilidad. Negación es un interesante corto coreográfico de índole existencial. Hay madurez en su propuesta, belleza en los movimientos interactuados y sentido del estilo.
Con música de Vivaldi, los bailarines, Jonathan Castillo, Bryand Veitía, Miguel Lendor y María Raquel García, traducen en el espacio, con energía y plasticidad, la idea del creador.
El Divertimento Clásico de Juan Fidel Mieses cierra el espectáculo. La enorme creatividad del reconocido coreógrafo se pone de manifiesto en este ballet, dentro de los cánones de la dance decole.
Los hermosos ensambles dan paso a solos y duetos, la escena se torna vibrante bajo el influjo de la música de Gounod. Los solistas se lucen, aunque el coro parece desarticulado por momentos, y se manifiesta un acusado desnivel entre los bailarines.
Terminada la función, la directora del Ballet Clásico Nacional, Monika Despradel, entregó una placa de reconocimiento a Pastora Delgado. La gran bailarina, visiblemente emocionada, agradeció el gesto y saludó al público que, puesto de pié, le rindió merecido tributo.
Hace unos días que a esta insigne bailarina se le rindió un homenaje similar en la gran gala de la danza realiza de manera gratuita en la Sala Principal del Teatro Nacional, en donde hizo las delicias del público.
Pastora Delgado
Como homenaje a su despedida de la danza clásica, arte en el que logró descollar, a la bailarina le crearon un ballet Pastora, de la autoría de la profesora Irmgard Despradel. Es a ritmo del merengue La empalizá.