UBALDO GUZMAN MOLINA
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El Centro de Estudios Sociales Padre Juan Montalvo dijo ayer que los partidos de la Liberación Dominicana (PLD), Revolucionario Dominicano (PRD) y Reformista Social Cristiano (PRSC) están cegados por el afán desmesurado de poder y riqueza a costa del sufrimiento de la mayoría.
Indicó que la campaña está viciada por las denuncias sobre el uso de los recursos del Estado a favor del candidato del PLD, el presidente Leonel Fernández, y el abuso de la condición de empobrecimiento de la población a través de dádivas, asistencialismo y el clientelismo.
El subdirector del Centro Juan Montalvo, Octavio Figuereo, dijo que el proceso electoral está muy corrompido, debido a que los candidatos presidenciales se han centrado en aspectos personales.
Señaló que parece que en la campaña, al igual que una guerra, todo se puede decir, salvo ofrecer a los ciudadanos una propuesta partidaria para enfrentar los problemas del país.
Manifestó que en los programas de gobierno de los distintos partidos políticos está ausente el proyecto de nación.
Dijo que en el proceso electoral ha primado cuestiones personales: quién ha robado más o quién tiene más dinero.
Dijo que el movimiento social tiene que concentrarse en que la próxima administración cumpla con el programa de gobierno.
Considera que los tres grandes partidos no pueden dar democracia, pues están dominados por la plutocracia, y tampoco pueden brindar transparencia, debido a que temen poner al descubierto la amoralidad de sus acciones.
A su juicio, los escándalos de corrupción, la cultura clientelista y la ausencia de transparencia inhabilita a los tres partidos para ser agentes del impulso ético.
Expresó que la nominilla es una acción poco transparente y que levanta muchos cuestionamientos.
El Estado está llamado a pagar por trabajo, pero no a pagar por activismo político, precisó Figuereo.
Indicó que la Ley Electoral prevé recursos para los partidos, a fin que puedan pagar a sus activistas.
Dijo que no se pueden usar los recursos del Estado para pagar a peledeístas que no hacen ninguna labor.