República Dominicana y el proceso de integración regional

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EDUARDO KLINGER PEVIDA
Hace ya más de cuarenta años que se inició formalmente el proceso institucional para darle forma a la postergada integración de los países de América Latina y el Caribe. En 1960 se firmaban los acuerdos de Managua y de Montevideo, con los cuales se daba nacimiento al Mercado Común Centroamericano -MCCA- que llegaba a agrupar a Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua. También nacía la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio -ALALC- a la cual se llegaron a incorporar Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.

Para el año 1969 algunos de los países que formaron la ALALC decidieron constituir otra institución que les permitiese acelerar el proceso, sin desligarse de aquella. Se firma el Acuerdo de Cartagena de Indias con lo que surgió el Pacto Andino con Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela. En 1976 Chile fue excluido como consecuencia de las políticas aplicadas por el general Pinochet. No obstante ese país mantuvo su membresía en la ALALC.

En julio de 1973 los países ya independientes del Caribe Inglés: Barbados, Guyana, Jamaica y Trinidad-Tobago concluyen el Tratado de Chaguaramas creando la Comunidad del Caribe -CARICOM- para potenciar la aspiración integracionista, a la que invitaron a otras posesiones inglesas, aún colonias en ese momento.

A inicios del decenio de los ochenta los integrantes de la ALALC decidían, antes su fracaso después de 20 años de creada, sustituirla por la Asociación Latinoamericana de Integración -ALADI- con un enfoque mucho más práctico y más flexible. En 1999 se permitía la incorporación a la misma de Cuba con lo cual llegaban a 12 los integrantes de ese esquema de integración que ha venido a convertirse en el referente institucional esencial de todo el proceso regional.

En el propio decenio de los ochenta, pero a finales del mismo, las naciones centroamericanas comenzaban a salir de un crítico período de conflictos internos y guerras civiles y se decidían a renovar el esfuerzo integracionista. Se firmaron una serie de acuerdos en esa dirección con lo que se crearon el Sistema de Integración Centroamericano -SICA- y dentro de él toda una serie de instituciones entre las que destaca el -SIECA-, el Sistema de Integración Económica Centroamericano. Entrada también en funcionamiento el Parlamento Centroamericano -PARLACEN-.

También a finales de la década de los ochenta, en buena parte como consecuencia de la terrible crisis que vivieron en esos diez años, las naciones andinas toman una serie de acciones para revitalizar su esquema de integración con lo cual llegan en 1995 a convertirlo en Comunidad Andina de Naciones y a avanzar sustancialmente en el establecimiento de un área de libre comercio.

Durante las décadas de los años 70 y 80 la mayor parte del Caribe compuesto por colonias inglesas, entra a la independencia y se integran formalmente al CARICOM el cual llega a reunir, además de los cuatro ya mencionados a: Antigua-Barbuda, Bahamas, Belice, Dominica, Granada, Saint Kitts-Nevis, Saint Lucía y Saint Vicent and the Grenadines. En 1995 se admite a Suriname, ex-colonia holandesa y en el 2000 a Haití, aunque con cierta condicionalidad referida al respeto del proceso democrático.

En 1991 las naciones del Cono Sur firman el Tratado de Asunción con el cual crearon el Mercado Común del Sur -MERCOSUR-, el cual comprende a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Este esquema ha logrado resultados sustanciales, -a pesar de alguna que otra contradicción-, a la vez que avanza en la incorporación de otras naciones. Recientemente se produjo el ingreso pleno de Venezuela. A su vez, Bolivia, Chile y México han alcanzado acuerdos de asociación, mientras se sigue negociando un convenio con la Comunidad Andina con lo que se extendería el esfuerzo de integración a toda Sudamérica. Ya se ha comenzado a hablar de una Comunidad Sudamericana de Naciones.

También en el año 1991 Colombia, México y Venezuela firmaron acuerdos con los que constituyeron el Grupo de los 3 para intentar profundizar y acelerar la ejecución de acuerdos integracionistas.

Resulta evidente que en ninguno de esos mecanismos participa la República Dominicana. En 1995, promovido por el CARICOM, se funda la Asociación de Estados del Caribe -AEC- que aunque no es un mecanismo propiamente de integración se sitúa como objetivo el promoverla. En ésta organización sí se encuentra como miembro la República Dominicana.

En el año 1998 el gobierno dominicano firmó sendos acuerdos de libre comercio con las naciones del CARICOM y con las de América Central. Aunque existe la confusión en algunos, la República Dominicana no ha ingresado en esos mecanismos subregionales de integración convirtiéndose así en la única nación del continente que no se encuentra insertada en una institución integracionista, aunque tiene una presencia en el Sistema de Integración Centroamericana -SICA- no es en condiciones de miembro pleno. Mientras Panamá tampoco aparece con una membresía plena en ninguno de los mecanismos existentes, sí registra importantes niveles de involucramiento tanto con las naciones centroamericanas como con las de la Comunidad Andina.

Para avanzar en firme por un derrotero integracionista no basta la firma de acuerdos de libre comercio. Es imprescindible adelantar en una integración efectiva, en primer lugar, con nuestros iguales y semejantes.

Es de suponer y desear de que el actual gobierno nacional, con claros antecedentes en el diseño de políticas internacionales proactivas, defina y promueva la incorporación de la República Dominicana a esquemas de integración regionales empezando, como lógicamente debería ser, por los que se encuentran en su área geopolítica natural: CARICOM y el SICA.

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