Solidaridad muy oportuna

Solidaridad muy oportuna

El Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela ha ampliado su gesto de solidaridad para con los dieciocho países socios de esa nación a través de Petrocaribe. Además de expandir la cantidad de petróleo a financiar a estos países a una tasa benigna y un período de 25 años, el régimen del Presidente Hugo Chávez Frías  ofrece financiamiento blando para que estos países obtengan úrea, un fertilizante de gran demanda, con tal de que puedan impulsar la producción de alimentos. También ha aprobado la instalación de un gasoducto para que nuestro país se haga distribuidor de gas natural entre las islas caribeñas, teniendo a Haití entre sus enlaces.

El gesto de solidaridad de Venezuela se produce en momentos en que la República Dominicana  y los demás países asociados a Petrocaribe ven amenazada la estabilidad de sus economías por las constantes alzas petroleras. A esas alzas hay que sumar los efectos económicos y sociales derivados de  la carestía de los alimentos, en parte por las alzas petroleras y en parte por el desvío de cereales y granos hacia la producción de biocombustibles. Deberíamos invertir de manera productiva el equivalente de las sumas acreditadas a través de Petrocaribe, para ponernos en condiciones de hacerle frente a lo que pueda venir en materia petrolera. Las veleidades del mercado petrolero nadie sabe cuándo terminarán y hay que estar prevenidos.

Cero tolerancia a la evasión fiscal
Las presiones a que está sometida nuestra economía por la alta factura petrolera obligan a diseñar estrategias de ahorro y uso eficiente de los recursos. Obligan a procurar aumentar los ingresos sin someter a la nación a los rigores de una reforma fiscal que, por fortuna, ha sido descartada por el propio Presidente de la República. Sustentar la estabilidad de la economía supone, en estas circunstancias, trabajar con eficacia en todos los sentidos.

Una de las vías de escape de los fondos que deben ir al erario es la alta evasión fiscal de las grandes economías. Los trabajadores no están en condiciones de evadir el Impuesto sobre la Renta o el ITEBIS que pagan por ciertos productos, pero no se puede decir lo mismo de los grandes agentes de retención y las altas rentas. En este país, el consumo genera una proporción de ingresos fiscales que resulta abusiva. Se requiere tolerancia cero contra los grandes evasores.

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