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Cuando la gran mayoría de los que ejercen el poder no conocen la historia de su país, y por tanto menos pueden conocer la historia universal, es cuando sucede lo del caso haitiano, que trató con desprecio y humilló a la delegación Dominicana. ¿Por qué permitieron esa actitud de los haitianos? Sencillamente porque no tienen dignidad, no saben hacerse respetar. Tradicionalmente los  diplomáticos haitianos han tomado, frente a los dominicanos,  una actitud que corresponde a creerse superiores al dominicano, pero eso sucede cuando los dominicanos no le han respondido con la gallardía de Duarte, Sánchez y Mella y otros dominicanos valientes que los han sabido vencer en grande en todos los terrenos.

Si nuestro gobierno frente al desplante  haitiano  hubiera dado una respuesta contundente, como anunciar el cierre de la frontera o el envío a ese país de todos los haitianos que residen aquí ilegalmente, otra actitud estuviéramos observando desde este lado de la frontera. Talvez  si se hubiera adoptado esa posición nos estarían pidiendo perdón, pero no hay  voluntad política de parte de los dominicanos  que ostentan el poder. Cierren los hospitales de maternidad para las haitianas que vienen ilegalmente a tener sus hijos en República Dominicana y verán que el actual gobierno, con todos sus allegados, no tendrían para donde coger que no fuera en yolas hacia EE.UU o Cuba, pues en política no existen sentimientos. Es que necesitamos valor al repasar la historia, que por cierto es muy sabia, porque en un país cualquiera no es suficiente la libertad de prensa y otras libertades más, si estas mueren como consecuencia de una conciencia corrompida, con ansias de placer y disfrute de abundante dinero para corromper  a los ciudadanos.

La historia universal registra desde la época de Grecia y Roma actos de corrupción, que fueron las causas de su declinación.