Coctelera

Coctelera

Las organizaciones empresariales, mi querido Magino, como quien no quiere la cosa, y cuando los corredores comienzan a «embasarse» para prepararle un rally al gobierno, sueltan un torpedo dirigido a la santabárbara oficial, calificando de «voracidad fiscal» el sistema imperante, el cual estiman que traba el desarrollo del país. Pero el asesor económico del Poder Ejecutivo, Julio Ortega T. no pierde tiempo en afirmar que los empresarios tienen una «mentalidad evasora». Lo serio del caso es, mi querido viejo sinvergüenza, que ambos tienen la razón. Y punto…

en la Cuba pre-Castro, en la cual se hacían muchísimas vagabunderías que ya hemos superado aquí, existía un cotizado programa intitulado «La Suprema Corte del Arte», no recuerdo bien si dirigido y producido por ese genio llamado Gaspar Pumarejo. Como somos tan imitones, por estos laditos tenemos ahora un espectáculo en la Suprema Corte, o mejor dicho, en su edificación. Solo que en la de Pumarejo la gente se reía y en la de aquí se encabrona. Amén…

Este país, Magino de mis entrañas, ha progresado tanto, tanto pero tanto, que ya contamos con zacatecas para bebidas: las entierran para sacarlas al día siguiente. Y el progreso es tal, que los zacatecas son autoridades encargadas de evitar que se cometan las «indelicadezas», autoridades pagadas por el siempre muy pendejo contribuyente…

Muy bien ha hecho el director de Aduanas, Miguel Cocco, en poner asuntitos en claro: nananina de violaciones a la ley en las incautaciones de contrabandos de bebidas y otros efectos que se realizan en distintos puntos del país. Aduanas cita las disposiciones legales que autorizan sus ejecuciones. Hay que respaldar esas actuaciones oficiales, pues aquí hay jurelitos, incluyendo abogados que buscan clientelas, que creen que las modificaciones a las leyes se han hecho para aliarse a las vagabunderías. A lo mejor esa palabrita es que un efectivo sinónimo de corrupción…

El presidente Leonel Fernández viajó ayer con destino a Roma, para asistir mañana a la entronización del Papa Benedicto XVI. Retornará el lunes. La verdad es que la bendición papal, dicho sea con todo respeto, le es necesaria al mandatario, pues aquí, sin darle muchas vueltas al pandero, los errores de su infield y jardineros le han colocado en una situación en la que tiene que ponchar a varios para poder sacar el cero. Usted, Maginito, entiende de béisbol y el presidente también. Por tanto, no hay que explicarle nada más…

El juez Alfredo Ríos Fabián bateó para 875 en el juicio de los acusados en el popularísimos Plan Renove: de dieciséis inculpados, a catorce los remite al proceso de fondo. Dejó en base a Pedro Franco Badía, pues éste hizo una especie de recusación y Ríos Fabián ordenó que se desglosara su expediente. Y liberado del caso, con un no ha lugar, solo fue beneficiado Angel Rondón, mientras que al norteamericano Sam Goodson se le mantuvo un impedimento de salida del país y se advirtió a puertos y aeropuertos, para evitar que el citado Goodson, quien vino voluntariamente, pueda marcharse. El primer round ha terminado. Ahora a escuchar los comentarios de lugar…

A muchos empresarios les gustaría que se pusiera en vigencia, otra vez, la bella ley 299 de promoción e incentivo industrial. Esa ley ayudó a «desarrollar» el país en forma tal que muchos empresarios hicieron sus ahorritos comprando hierro viejo exonerado, trayendo materia prima exonerada, recibiendo dólares a la par y otras cosuanitas. La reinstalación de esa ley a lo mejor es un gran incentivo para establecer una verdadera competitividad mientras se crean empleos por pipá y el gobierno muestra que no es voraz en sus criterios fiscalistas. Adelante, que vuelva la 299, el cuentazo de la sustitución de importaciones y la bienaventuranza de la capacidad instalada. Poco o nada importa que tengamos medio siglo de atraso. Total, ellos van a seguir jodiendo por mucho tiempo…

Desde luego, Magino, nos identificamos plenamente con el CONEP –y esto va en serio–, cuando la cúpula empresarial dice: «se requiere acción que demuestre que existe un estado de derecho, donde cada quien cumpla su responsabilidad de someter y sancionar, sin preferencias, a todos por igual. Se requiere realmente que todos cumplamos con lo prometido para mantener la esperanza, la confianza y el deseo de superación individual y colectivo»… Y recuerde, don Maginazo, a quien no da, le dan…

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