El recibidor, la bienvenida a casa

El recibidor, la bienvenida a casa

POR CLARA SILVESTRE
Aunque se sabe que la entrada de la casa, vestíbulo o recibidor es de gran importancia por el hecho de que da la bienvenida a los visitantes, no necesariamente se le da la relevancia que merece. Algunos porque no cuentan con suficiente espacio, otros por no considerar que sea necesaria.

De cualquier forma siempre será de utilidad habilitar aunque sea un pequeño espacio donde colocar un mueble auxiliar con un recipiente donde reposen las llaves y cualquier objeto cuando llegue a casa.

Para la decoradora de interiores Margarita Román de Bett, el recibidor debe cumplir su función de recibir y dar la bienvenida a familiares y amigos, al tiempo que se constituye en preámbulo de lo que se encuentra más adelante. A su juicio, este espacio por lo general refleja la personalidad de la dueña de la casa. En este caso, un amplio espejo, a la vez que proporciona armonía, da la sensación de amplitud a este espacio. Un candelabro con velas imprime calidez y lo convierte en un lugar bastante acogedor.

Pero además del mueble auxiliar y el espejo, hay otros elementos que pueden tomarse en cuenta a la hora de decorar este espacio. Estos son: un portaparaguas, un perchero para colocar cualquier abrigo o cartera si desea y una o dos sillas si el espacio se lo permite.

Si es de las personas que prefieren los estilos clásicos, puede colocar muebles más elaborados, y si por el contrario elige un estilo más moderno, podrá optar por líneas más simples y lograr de igual forma un buen resultado.

Algunos dedican este espacio a un tema en particular y en él colocan algunos objetos que identifican determinada actividad de los que habitan la casa. Tome en cuenta que así como la iluminación con velas aportan calidez, las flores son una excelente opción que imprime frescura.

ALGUNOS CONSEJOS

Hay que tener en cuenta que la decoración del recibidor, ya sea sobria o muy recargada, es lo primero de la casa que perciben las visitas. En ocasiones el vestíbulo es lo único que llegan a ver, por lo que a ese espacio que aparece, nada más abrir la puerta le corresponde ser acogedor para causar una buena primera impresión.

La iluminación ha de estar muy estudiada, sobre todo si se dispone de vestidor. Conviene evitar dejar zonas en penumbra. Esto nos facilitará la tarea de descalzarnos o dejar la ropa de abrigo o el paraguas.

La posibilidad de disponer de una alfombra de reducidas dimensiones y fácilmente lavable puede aportar calidez a nuestros pies mientras nos ponemos las zapatillas de estar en casa. También podrá recoger el barro o la lluvia aunque esta función la cumplan previamente los felpudos.

SI ES DEMASIADO PEQUEÑO

El empleo de colores claros y la utilización de un empapelado con pequeños motivos repetitivos crea una sensación de espacio.

Para dar impresión de altura, acentúe las verticales, y, para duplicar visualmente el espacio, puede recubrir uno de los lados con paneles de espejo. Si desea colocar espejos en muchas paredes, e incluso en el techo, utilice preferentemente losetas de espejo, que son más prácticos para manipular. Sepa también que existe un «papel espejo» que, sin tener una calidad comparable, agranda el espacio por un precio infinitamente menor.

SI ES DEMASIADO ALTO

Lo ideal sería crear un techo falso, que pudiera también transformarse en armario para guardar los objetos que se utilizan poco. Además, en el mismo sitio podrían instalarse focos empotrados para resolver el problema del alumbrado.

Como esta solución no siempre es realizable, puede «bajar» el techo gracias a efectos ópticos.

Basta con pintarlo de un tono más oscuro que las paredes con un reborde de 20 a 30 cm sobre las mismas.

Por el contrario, un cielorraso bajo ganará si se pinta de un tono claro (blanco por ejemplo), que tenderá a elevarlo y aumentará la cantidad de luz reflejada. En efecto, es necesario saber que tanto la intensidad como el carácter (cálido, frío) del color provocan una modificación aparente de formas y dimensiones. Una pared de color cálido tenderá a acercarse, y una de color frío a alejarse.

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