Lecciones haitianas

Lecciones haitianas

FABIO R. HERRERA-MINIÑO
El país más pobre de América se ha dispuesto a amargar el proceso electoral dominicano, al tener a mano la crisis de la fiebre aviar y el descuido ancestral con que las relaciones han sido manejadas por los funcionarios dominicanos.

Y un territorio, con un ingreso per cápita 15 veces inferior al dominicano, está demostrando coherencia, conocimiento y sagacidad para aprovecharse de los políticos nacionales, enfrascados en sus proyectos políticos.

Los haitianos han tenido una gran ocasión para vengarse de los desprecios que le hacemos los dominicanos, pese a que existe un activo intercambio comercial en la isla. Ahora tenemos la novedad de que los haitianos van a detener el contrabando de huevos y pollos desde el lado oriental, como ocurre aquí cuando se habla de cerrar la frontera para evitar el trasiego ilegal de toda clase de mercancías desde el lado occidental, que hasta vehículos cruzan en ambas direcciones, con gran facilidad y complicidad activa de las autoridades de ambos lados de la frontera.

La pobreza ancestral de Haití es amortiguada por la capacidad de su diplomacia y la de muchos de sus funcionarios, provenientes de las mejores universidades canadienses, francesas y norteamericanas, que saben cuál es su meta frente a un país que ya una vez sojuzgaron, y que todavía acarician la idea de una e indivisible, que una vez se plasmó en la Constitución haitiana y de volver a tenerla bajo su control, ahora con la invasión pacífica de miles de seres, cuya mano de obra se ha hecho imprescindible en el desarrollo dominicano, convirtiéndose en una formidable quinta columna, dormida y expectante a la orden que algún día provenga de sus dirigentes.

El asunto de la fiebre aviar va tomando un sendero distinto y los haitianos le están trazando pautas al gobierno dominicano, que envió hace algunas semanas a sumisas autoridades del sector agropecuario y avícola, que volvieron con el rabo entre las piernas, cuando se vieron reprendidos por un orgulloso gobierno, que por nueva ocasión requiere de mayor dedicación de sus colegas dominicanos, que no están en eso de gobernar y administrar correctamente, ya que su máxima aspiración es garantizarse cuatro años más en el poder. Probablemente lo lograrán gracias al carisma del Presidente.

Ha habido temores y petulancia en tratar con los haitianos. Ellos, con mayor dedicación y capacidad, nos ponen en ridículo cuando uno ve de cómo la agencia de prensa Efe le está dando mayor despliegue a las informaciones que envía su corresponsal radicado en Puerto Príncipe, y las esparce por el mundo, de que los dominicanos no tienen capacidad para lidiar con la fiebre aviar, que se continúa maltratando a un país que se cree con el derecho de enviar en oleadas a sus nacionales para que penetren ilegalmente al territorio, y con decenas de parturientas occidentales que encuentran aquí el refugio para parir y regresar con vida a su país, o se quedan aquí e irse a las esquinas de las calles capitaleñas o santiagueras a mendigar.

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