Tom Glavine regresa a Bravos

Tom Glavine regresa a Bravos

LAKE BUENA VISTA, Florida. Un flameante sol anaranjado apenas se había asomado sobre el imperio Disney el pasado viernes cuando el nuevo zurdo en el pueblo (un tipo llamado Tom Glavine) asomó la cabeza dentro de los vestuarios de los Bravos de Atlanta.

No podríamos describir lo que vio como una multitud, realmente.

El gerente (Bobby Cox) estaba ahí. Y uno de sus entrenadores, Eddie Perez. Y el preparador físico, Frank Fultz. Eso, amigos, representaba la totalidad del comité de bienvenida.

No había un solo jugador en todo el lugar. Posiblemente por el hecho de que eran las 7 de la mañana del primer día del entrenamiento primaveral.

«Ah, ya sabes como es esto», rió Glavine. «Todos los viejos llegamos temprano. Necesitamos asegurarnos de que estamos levantados». Pero toda la prueba que necesitaba Glavine para enterarse de que ya no era el héroe neoyorquino de los paparazzi era llegar a la próxima escala de su día: su conferencia de prensa de bienvenida.

Fue solo una coincidencia que al otro lado del estado los Mets estaban presentando a su nuevo lanzador zurdo, un tal Johan Santana, para encontrarse con los medios el mismo día. Y la cuenta de reporteros presentes en ese evento en Port St. Lucie era casi equivalente a la población de Delaware.

«Fue un sentimiento raro volver esta vez», dijo ayer viernes. «Yo supe que sería así». Pero la respuesta de su gerente fue «Tommy, pareciera como si nunca te hubieses ido».  Si, pero Glavine se había ido. Se fue hace cinco años. Por dinero, nada menos. 

López regresa a los Bravos

KISSIMMEE, Florida.  Parece como si el boricua Javy López nunca hubiera dejado las filas de los Bravos.

«Tengo mi viejo casillero y mi viejo número», dijo López ayer, sábado, al echar un vistazo a los vestuarios después del segundo entrenamiento con Atlanta, equipo al que regresa por segunda ocasión. «¿Qué más puedo pedir?»

Desde luego, han cambiado otras cosas desde la última vez que López fue el receptor de los Bravos, en el 2003. En aquel entonces, era un catcher elegido tres veces para el Juego de Estrellas que acababa de jugar la mejor temporada en su vida, al batear para .328, con 43 vuelacercas y 109 impulsadas.

Partió en una transferencia por mucho dinero con los Orioles de Baltimore, pero nunca estuvo cerca de hacer lo que logró en Atlanta. Luego de tres temporadas de producción cada vez más baja, López se quedó sin trabajo a comienzos del año pasado, cuando fue dado de baja por los Rockies de Colorado.

Su carrera parecía acabada.

«Fue muy difícil para mí», recordó. «Cuando uno ve los juegos por la televisión, piensa: ’Yo debí haber estado ahí»’.

El boricua permaneció inactivo durante toda la campaña, «haciendo las cosas que no había hecho en 20 años». Viajó mucho con su familia, a México, Las Vegas, California y Puerto Rico. Vio los partidos de sus hijos de 8 y 12 años en la liga infantil de béisbol.

Pero nunca perdió su deseo de volver a la receptoría. Comenzó a trabajar con un entrenador personal en agosto pasado, y siguió en contacto con los Bravos, especialmente con Pérez.

Museo Berra retira camiseta Clemens

LITTLE FALLS, Nueva Jersey, (AP).   La camiseta del uniforme de Roger Clemens fue sacada del Museo de Yogi Berra. El director de museo, David Kaplan, indicó el sábado que el museo había retirado la semana pasada una camiseta de Clemens que se exhibía en una vitrina donde se rinde honores a los equipos de los Yanquis de Nueva York de finales de la década de 1990 que ganaron cuatro Series Mundiales en cinco años.

Kaplan indicó que la decisión de retirar el uniforme no fue hecha para generar publicidad, sino en respuesta a los alegatos de consumo de esteroides que enfrenta Clemens como resultado de la audiencia ante una comisión del Congreso de Estados Unidos donde el miércoles declaró el siete veces ganador del trofeo Cy Young.

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