El sano e ingenuo esfuerzo de la Junta

El sano e ingenuo esfuerzo de la Junta

TEÓFILO QUICO TABAR
tabasa1@hotmail.com
La Junta Central Electoral aspira a que los partidos políticos se comprometan con un acuerdo o algún mecanismo capaz de controlar el lenguaje a utilizar en la campaña, en un esfuerzo que al parecer correrá la misma suerte que lo expresado por el propio presidente de dicho organismo en el sentido de que es muy difícil poder determinar si en realidad el gobierno utiliza los recursos del Estado en actividades proselitistas.

En realidad se trata de un sano aunque ingenuo ejercicio, en un país donde cualquier funcionario o dirigente tiene derecho a hablar y donde ni la propia Junta sabe cuántos programas y medios de comunicación escritos, digitales, televisivos, radiales existen, pues, ¿qué hará con los medios a través de los cuales pudieran difundirse los calificativos considerados de bajo nivel, si al parecer no cuenta con las herramientas necesarias?

Muy bien podría firmarse un pacto entre los dirigentes comprometiéndose a utilizar determinado lenguaje, pero aquí todo el mundo sabe que muchos calificativos, ni siquiera provienen de los principales dirigentes de los partidos, mucho menos de los mismos candidatos, más bien de algunos con afanes incontrolables.

Con todo el respeto y amistad que me une con muchos de los que componen ese organismo, me atrevo a sugerirle que se limiten a organizar bien las elecciones. Que utilicen todas las vías para que haya transparencia en las operaciones que realizan. Que se ganen la confianza de la gente. Que hablen lo menos posible de asuntos que en nada contribuyen a la organización de las elecciones. Que actúen de manera absolutamente independiente y neutral, porque a fin de cuentas las cosas se harán igual a como se han hecho siempre, que nadie tiene la culpa de nada, sobre todo cuando provienen del poder.

En el país se han incrementado mucho las gatas y hasta los gatos de “María Ramos”. Además, aquí los pájaros le tiran a las escopetas, pues los mismos que viven ofendiendo, reclaman respeto, como si nada pasara. Y no solo eso, sino que utilizan algunos medios de comunicación para difundir especies que empañan conductas, y hasta ahora la Junta, los partidos y el gobierno, pasándose la bola como si nadie tuviera la culpa de lo que ocurre.

La Junta en su deseo de cuidar la imagen de la campaña, debería ponerle más cuidado y empeño a las denuncias de uso de recursos, puesto que denunciar actos fuera de lo ético no es ofender, insultar, ni mucho menos bajar el lenguaje político. Por el contrario, eso lo eleva, porque pone al desnudo lo que se pretende ocultar, sobre todo cuando se trata del patrimonio nacional

Siempre es aconsejable estudiar muy bien la conveniencia de pactos que a la postre solo sirvan para demostrar que la mejor forma de hacer inoperante una cosa es comprometiéndose a lo que no es posible determinar o controlar. Porque si la Junta no tiene capacidad para controlar lo que se ve, se oye y se siente, cómo pretenden bajar el lenguaje de posibles incontrolables.

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