ROSA FRANCIA ESQUEA
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Mañana es la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes y en su honor se conmemora el Día Mundial del Enfermo. La historia se remonta al 11 de febrero del año l858, cuando una humilde niña, llamada Bernardette Soubirous (Bernardita), de 14 años, fue a buscar leña a Lourdes, (en Francia).
Como ella no podía cruzar un río que había por su condición de asmática, correspondió a dos amiguitas que la acompañaban buscar la leña. Mientras esperaba se le presentó la Virgen junto a la gruta de Masabielle, hecho que se repitió 17 veces más hasta el 16 de julio del mismo año. En una de las apariciones la Virgen le dijo a Bernardita que tomara agua de la fuente, y le ordenó cavar en la tierra hasta que el agua brotó; cuando la a bebió sanó del asma que padecía.
En otra de las apariciones la Virgen le expresa su deseo de que se construya un templo en ese lugar; cuando Bernardita le pregunta quién es, ella le contesta: Yo soy la Inmaculada Concepción. Luego de las investigaciones y comprobaciones de rigor, fueron construidos tres templos y una plaza para los millares de peregrinos que acuden a la milagrosa fuente en busca de salud y de alivio espiritual a sus enfermedades. Desde el año 1992, por iniciativa del papa Juan Pablo II, se declaró el 11 de febrero es el Día Mundial del Enfermo, fecha en la que se hace énfasis en la solidaridad hacia aquellas personas que sufren de dolencias y el derecho que tienen a recibir atenciones médicas y espirituales.
Los agentes de la Pastoral de la Salud de la Iglesia Católica llevan a cabo diversas actividades para despertar sentimientos de acogida hacia los enfermos. A 150 años de la aparición de Nuestra Señora de Lourdes, nuestro deseo es que el 11 de febrero sea un día de reflexión para los gobiernos que están en el deber de asistir a los enfermos, de contribuir a la erradicación de las enfermedades y de proporcionar las condiciones para que la gente disfrute de salud física y espiritual.