Mis buenos días

Mis buenos días

[b]El despertador[/b]

He entrado en la moda de realizar una caminata todos los días bien temprano por la mañana. Mejor dicho, no es por la moda, sino porque el médico me lo indicó y recomendó como una necesidad para bien de mi salud. Y la verdad es que uno se siente mejor cuando ha realizado el ejercicio en la medida que le acomoda.

Lo único malo es la «despertada». Cuando la oscuridad está finalizando y el día apenas asoma, justamente cuando los sueños empiezan a ponerse mejores, se presenta el sonido más inoportuno que pueda escucharse: el despertador. No importa que sea un timbre indecente y escandaloso o una melodía suave, como los hay ahora… como quiera que sea, el despertador corta el sueño como una puñalada trapera, en el peor momento. En mi caso, he elegido entre las diversas opciones que nos ofrece la tecnología moderna, un sonido que imita un toque de corneta, como en los cuarteles… porque si no fuera así, con la fuerza compulsiva de una ordenanza cuasi militar, les aseguro que no me levantaría.

En esos primeros segundos de vigilia me asaltan las más diversas interrogantes: ¿Qué día es hoy? ¿Qué tendré en mi agenda para hoy? ¿Estará lloviendo, para poder quedarme un rato más en la cama?

Resueltas las primeras dudas, los análisis afloran en cantidad y con ellos las maquinaciones y elucubraciones más fantásticas se me revelan poco a poco, a medida que despierto gradualmente y ya no culpo tanto al despertador, sino que comienzo hasta a agradecerle su ayuda para no quedarme dormido. Pienso entonces que su sonido, su toque de corneta en mi caso, es tal vez la conciencia que me hace el llamado para desarrollar durante el día el mejor estilo de vida. Podría ser la campana que me alerta sobre la llegada de un agradable amanecer; o la vibración que hace contagiar de gracia al espíritu; o tal vez el llamado a vivir armoniosamente.

Pensándolo bien, a partir de mañana, cuando el despertador suene como todos los días, me voltearé hacia él y le diré: «Gracias por recordarme que estoy con vida».

(r.molina@codetel.net.do).

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