Restauración y conservación de las
obras escultóricas de la Plaza de la Cultura

Restauración y conservación de las <BR>obras escultóricas de la Plaza de la Cultura

POR ALEXIS PEÑA
Estas piezas, la mayoría realizadas por los talleres del escultor italiano Nicolás Arrighini y del español Juan de Avalos, fueron emplazadas en los años 70 y desde entonces no habían sido intervenidas de manera inadecuada, sino con procedimientos irregulares que se podrían considerar como vandalismo profesional.

A los fines de rescatar el patrimonio artístico nacional, consolidar la memoria histórica y estimular la sensibilidad estética de la población, la Secretaría de Estado de Cultura trabaja en la restauración de 26 piezas escultóricas, colocadas en el espacio libre, jardines y fachadas de las instituciones ubicadas en la Plaza de la Cultura.

Esta iniciativa forma parte de la reflexión que en torno al arte público está propiciando Cultura, y que comenzó con un seminario sobre el tema, celebrado en febrero del presente año, con la participación de artistas visuales, críticos de arte, arquitectos, urbanistas, constructores y expertos nacionales y extranjeros.

Se trata de rescatar y revalorizar las piezas escultóricas que se encuentran en los espacios abiertos, para que los ciudadanos puedan disfrutar de ellas. También de reconocer el trabajo de artistas nacionales y extranjeros que han plasmado en cada pieza su genio creativo, propiciando con ello una auténtica puesta en valor de ese apreciable patrimonio artístico-cultural, que por años ha permanecido descuidado.

Estas piezas, la mayoría realizadas por el taller del escultor italiano Nicolas Arrighini y del español Juan de Avalos, fueron emplazadas en los años 70 y desde entonces no habían sido intervenidas de manera profesional, como se piensa hacer ahora. La práctica, según el profesor Gabino Rosario, director de la Oficina Asesora del Proyecto Artes Plásticas, consistía en encargar a algún arquitecto, ingeniero o determinada persona un proyecto de remozamiento de un área física. Pero como estos no eran especialistas, trataban las obras como si fueran objetos cualesquiera. Entonces, y sin ningún estudio previo, lo lijaban y lo pintaban con pintura de aceite, como si se tratase de una verja, un anafe o un banco de parque.

Corrigiendo esta mala práctica, que se podría considerar como vandalismo profesional, Cultura, a través de la Oficina Asesora del Proyecto de Artes Plásticas, ha conformado un equipo multidisciplinario, integrado por 15 personas, entre losque se encuentran arquitectos, artistas visuales, escultores y otros especialistas, que trabajarán bajo la dirección del peruano Antonio González Duche, un experto en restauración, que ya antes había estado en el país, contratado por las Naciones Unidas para restaurar la Catedral.

Antes de intervenir una pieza, los especialistas le realizan una prueba con el propósito de determinar los materiales y el tipo de intervención que requieren, pues el procedimiento de limpieza y de conservación es diferente en cada caso.

Este proyecto contempla además la creación de un mecanismo de vigilancia más eficaz, que impida que personas desaprensivas dañen el arte público, que en muchos casos no solo incluyen grafitis, sino también mutilaciones. Igualmente para promover una actitud cívica y de identificación del espectador con su patrimonio. Convencerlo de que estas obras han sido emplazadas para su disfrute y para su salud, pues aportan estímulos visuales, que se traducen en una sensación armónica, emocional y espiritual importante.

Por otro lado, sería un contrasentido que el Estado esté interesado en invertir en la proyección del talento nacional, en el que los artistas puedan crear obras contemporáneas, nuevas, recientes, sino somos capaces de proteger el acervo cultural existente.

El proyecto de arte público supone una convocatoria más amplia. De hecho, ya Cultura ha convocado a un número considerable de pintores, para realizar uno conjunto de murales públicos. Para ello se cuenta con el aporte de una empresa privada. Sin embargo, el proyecto de arte público a largo plazo tiene una duración de 2 años y cuenta con un presupuesto de 35 millones de pesos.

No obstante, se pretende que dentro de un año se hayan definido todos los proyectos que van a participar, para cuya ejecución se coordinará con otras instituciones del Gobierno, entre ellas la Secretaría de Estado de Turismo y la Oficina Nacional de Obras Públicas y Comunicaciones, a los fines de que en esta iniciativa cuente con el mayor respaldo posible y participen la mayor cantidad de instituciones.

Cada una de estas esculturas, y del arte público en general, tanto antiguo como contemporáneo, nos ofrecen, al margen de su dimensión lúdica, una pista importante a la hora de establecer el registro de nuestra memoria histórica y de rastrear los elementos que conforman nuestra identidad. Es por ello que para la Secretaría de Estado de Cultura y su titular, el licenciado José Rafael Lantigua, la restauración y mantenimiento de este patrimonio artístico-cultural son una de las grandes prioridades.

Una vez concluido el proyecto, los espectadores podrán volver a disfrutar de la creación de artistas nacionales y extranjeros, y con ello elevar su espíritu, manifestación que siempre trae consigo toda contemplación.

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