POR LEONORA RAMÍREZ S.
La industria farmacéutica del país decreció en los últimos dos años a causa de la devaluación del peso frente al dólar estadounidense, del recargo cambiario y del precio de los combustibles, manifestó Luis Adolfo Betances, miembro de la Asociación de Representantes, Agentes y Productores Farmacéuticos (ARAPF).

El empresario, que participó en el almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio, expresó que aunque en los últimos siete meses la tasa del dólar se ha reducido (ahora está al RD28 por US$1) y por lo cual los medicamentos han podido bajar hasta 35%, el aumento de la comisión cambiaria, de 10% a 13%, y otros costos de producción, perjudican sensiblemente al sector.

«Por ejemplo, tuvimos que aumentar el salario de nuestros vendedores, como hicieron todas las empresas, pero también hubo que subirle la remuneración debido al aumento de los combustibles y a parte de eso el transporte de las mercancías y los servicios de los suplidores también aumentaron de precio».

Betances manifestó que esa crisis propició que el sector dinamizara su presencia en el mercado, dadas las pocas posibilidades que tenían los usuarios de adquirir los medicamentos que necesitaban.

«Los efectos del aumento del costo de la divisa afectó mucho nuestros negocios, vimos decrecer nuestros mercados, todo eso hizo que buscáramos opciones para la población con menos recursos, de manera que la alternativa de los genéricos de calidad se tomó en cuenta», destacó.

Asimismo, destacó que muchos laboratorios extranjeros iniciaron un proceso de revisión de sus estrategias de mercadeo. «Pero además, hemos visto que después de dos años de inestabilidad en los últimos siete meses descendió el precio del dólar, lo cual ha sido traspasado a los medicamentos». Fernando Ferreira, vicepresidente de la ARAPF, destacó en ese sentido que en el primer trimestre del 2005 el sector ha tenido una recuperación de un 17%, respecto al 2004.

PATENTES Y EL TLC

Betances admitió que el sector farmacéutico tienen un gran reto una vez entre en vigencia el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (DR-CAFTA), el cual aún no ha sido aprobado por el congreso estadounidense ni por su homólogo dominicano.

Pero enfatizó que están preparados para asumir los cambios, aunque les preocupa la competitividad con sus iguales de Centroamérica, más que el respeto a la propiedad intelectual porque en esa materia se adhieren a las regulaciones vigentes.

«Siempre hemos respetado el derecho de propiedad industrial, y los fabricantes que tenemos en la asociación no han basado su desarrollo en la violación de la patente de nadie. Además, la cantidad de productos que tienen protección no pasan de 20, en un universo nacional de 8,500 medicamentos es poco lo que pudiera afectar la parte de los precios».