Brisas

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Oremos por las madres

A las madres debemos venerarlas y quererlas todo el tiempo; pero el próximo domingo hay una celebración especial porque el calendario dominicano lo tiene marcado como su día.

Eso quiere decir que, aunque habitualmente reconocemos todo lo que ella nos ha brindado, desde la concepción hasta ahora, en esa fecha la agasajamos y le expresamos todo lo que significa en nuestras vidas.

He escuchado que lo más que se asemeja a Dios es la madre, por su misión creadora y sostenedora de vidas. Eso es cierto.

Debemos orar por las madres de nuestro país, para que Dios las ilumine y puedan encauzar a sus hijos por los caminos del bien, ahora que hay tantas circunstancias adversas que conspiran contra ese anhelo.

Pero además de rezar, tenemos que ayudarlas desde cualquier espacio en que nos encontremos, sea orientándolas y proporcionarles apoyo para que pueda desempeñar eficazmente su rol. Esto tiene muchas aristas, porque es una labor colectiva, que involucra a toda la sociedad, a todos los sistemas y cada uno de nosotros de manera particular.

Cuando las madres se ausentan hay peligro, porque los hijos pueden tomar rumbos equivocados; y ahora mismo hay muchos niños, jóvenes y adolescentes que se crían sin el afecto de su progenitora, porque murió, o marchó a otro país, o trabaja fuera del hogar y otras los han abandonado. También hay muchachos que guardan prisión, unos por delitos que cometieron y otros injustamente.

Igualmente hay hijos que emigran hacia otras ciudades, por razones de estudio, y otros que marchan al extranjero. Todos ellos son casos también sellados por la ausencia permanente de la madre. Quisiéramos que este día oremos y encomendemos a Dios todas las madres.

 

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