POR MANUEL EDUARDO SOTO
Cuando Yolanda Zaldívar disparó contra Selena el 31 de marzo de 1995 en el pasillo de un hotel de Corpus Christi, en Texas, sólo contribuyó a que la superestrella de la música tex-mex pasara a formar parte de las leyendas inmortales, tal como anteriormente había sucedido con Elvis Presley y John Lennon, quienes partieron al más allá antes de tiempo.

Como homenaje a la bellísima y curvilínea cantante de origen latino, que estaba por cumplir los 23 años en esos días, una constelación de estrellas se reunirá el 7 de abril en estadio Reliant de Houston para recordar los 10 años de su desaparición. La larga lista incluye a figuras como Gloria Estefan, Ana Gabriel, Alejandra Guzmán, Carlos Vives, Thalía y Los Dinos, el grupo con el que saltó a la fama internacional a principios de la década del 90.

Zaldívar, que era la mano derecha de Selena en sus negocios, cumple actualmente una condena a 90 años de cárcel y se ha negado desde el principio a explicar el motivo por el cual decidió atacar a balazos a su patrona y amiga íntima.

Yo vi a Selena por primera vez a principios de los años 90 en el Hotel Sonesta, de Key Biscayne, una isla contigua a Miami, en una cena-show organizada por el sello EMI Latin para un grupo selecto de periodistas de medios de habla hispana. Hasta ese momento, la siempre sonriente Selena sólo había logrado darse a conocer en la costa oeste de Estados Unidos, donde los amantes de su estilo musical ya la habían erigido como su ídolo.

La división en grupos étnicos que existe en Estados Unidos era extremadamente marcada en esa época. La costa oeste –vale decir California, Texas, Arizona– tenía su propia música, la que no se escuchaba en el otro lado del país, es decir, en Miami y Nueva York, donde dominaban figuras del género pop. Por tal motivo, la invitación a la cena no causó mucho entusiasmo entre los periodistas. Pero la excelente relación de la promotora de EMI Latin, la venezolana Virginia Iglesias, con la prensa hizo que la velada tuviera un éxito de asistencia.

Después de la comida, nos dieron como postre la actuación de Selena, quien salió al escenario, vistiendo unos pantalones negros de licra que constituían una segunda piel y que dejaban en evidencia las generosas y voluptuosas formas de su cuerpo. Su larga cabellera, su espontánea sonrisa y sus sensuales movimientos hicieron que se ganara inmediatamente la admiración de los presentes, incluyendo al que escribe. El excelente acompañamiento de Los Dinos contribuyó a hacer inolvidable la presentación.

Luego terminó de conquistarme cuando tuve oportunidad de conversar individualmente con ella, mostrando una excitante inocencia, producto de su religiosidad y apego a los valores familiares inculcados por sus padres.

Ahí mismo pronostiqué que sería una gran figura dentro de la música latina, lo que luego ocurrió poco después y con creces. A primera hora del día siguiente, llamé por teléfono a mi amigo Manolo Olalquiaga, quien representaba internacionalmente a artistas de la talla de Dyango, entre otros. Quedó muy impresionado con lo que conté sobre la actuación de Selena y se comprometió a buscar la forma de ponerse en contacto con ella.

“La maneja el papá”, me dijo muy desanimado un par de días después, refiriéndose a Abraham Quintanilla, quien, como se vio en la película sobre su vida que protagonizó Jennifer López, fue quien la obligó a ser cantante y dirigía todos los aspectos de su carrera y de su vida personal también.

Irónicamente, tras conquistar el mercado de habla hispana, Selena –que hablaba muy precariamente el español por haber nacido en Texas y rozarse con angloparlantes– iba camino a conquistar también el mercado norteamericano, cuando murió. Dos de los temas que había grabado en inglés, sin embargo, forman hoy parte del repertorio obligado de las emisoras románticas de todo Estados Unidos: “I Could Fall in Love” (Podría enamorarme) y “Dreaming of You” (Soñando contigo).

El concierto del 7 de abril se llevará a cabo en el estadio situado frente al Astrodome de Houston, donde dio su último concierto días antes de su desaparición. Aunque su padre dijo desde el mismo día de su muerte que no explotaría la imagen de su famosa hija, constantemente han estado saliendo al mercado recopilaciones de sus canciones y videos, y sin la menor duda tendremos un disco y un DVD de este homenaje con motivo del décimo aniversario de su asesinato.