A 10 días del proceso electoral

A 10 días del proceso electoral

Nuestro sistema democrático se pone a prueba una vez más en el presente proceso electoral para dar paso a un nuevo gobierno a partir de agosto, pero es una verdadera lástima que se hayan y aún se estén desperdiciando, para no decir mal gastando, tantos recursos oficiales y de cualquier otra índole en propaganda inútil, nociva y negativa, que en vez de contribuir a elevar el nivel cultural, moral y espiritual de los dominicanos,  sus efectos no propician sino  división  y vejamen contra muchas personas, dirigentes, familias.

Qué lástima que el dispendio, la corrupción y la propaganda indeseable con la intención de desorientar, para favorecer a unos y perjudicar a otros, hayan podido permear la credibilidad de tanta gente y tantas instituciones, no solo porque  casi todo se pone en dudas, sino porque buenos  dominicanos y sanas instituciones, demostradas a lo largo de sus vidas, sean colocados en el mismo fardo de otros que sus hechos los no los hacen merecedores de los mismos calificativos.

Qué lástima que  medios de comunicación y personas que han servido para fortalecer la libertad de expresión y con ello la democracia, se vean salpicados por la picardía de políticos y algunos  comunicadores, que obedeciendo a consignas partidarias o intereses pecuniarios, son capaces aunque circunstancialmente, de poner en dudas sus grandes virtudes, aportes como transparencia.

Qué lástima que producto del clientelismo y el transfuguismo hayamos tenido que ver, no los que ya en cierto modo estamos curados por los trajines y los golpeos del tiempo, sino  las nuevas generaciones, los constantes brincos de un lado a otro sin que puedan justificar sus acciones, sabiendo muchos que todo es pasajero y que luego, como oscuras golondrinas “volverán  en su balcón  sus nidos a colgar”.

Qué lástima que en vez de acciones proselitistas que tiendan a crear ambientes de convivencia humana entre dominicanos hermanos; que en vez de acciones programáticas, se le haya dado  tanta preeminencia a lo que algunos denominan aspectos negativos que en nada contribuyen a los mejores intereses del país, sino a ahondar heridas para luego del proceso electoral, tener que recurrir a la búsqueda de grandes cantidades de bálsamo para cubrir los innecesarios rasguños o lesiones.

Qué lástima que muchos que tienen el deber y obligación ante la sociedad de servir de guías y conductores del proceso, se hayan dejado o se dejen empujar por los que anteponen el odio y los intereses personales o grupales a lo que debe ser el comportamiento de ciudadanos conscientes, sobre todo si se denominan democráticos, civilizados y cristianos.

A 10 días del proceso,  todo cuanto han podido realizar los candidatos lo han hecho. Casi todo el mundo sabe por quién va a votar. Unos estamos con Hipólito,  otros con  los demás candidatos,  pero las  personas que aún no se han decidido por uno de ellos, hagan  lo que les dicte sus conciencias que no los engaña, y pídanle  a Dios que  la paz reine entre todos. 

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