A 20 días de un año impredecible

A 20 días de un año impredecible

Faltando 20 días para el inicio del 2009, son muchas las perspectivas y angustias que se acumulan en el horizonte de la humanidad, después de haber atravesado serias calamidades cuando el petróleo amenazaba llegar a los $200 dólares el barril, contribuía a empobrecer más a las naciones y se miraba con angustias el destino de los humanos, agobiada por los rápidos cambios climáticos con más huracanes y alimentos caros.

El desbarajuste financiero, precipitado por el reciclaje de las hipotecas basuras, puso al descubierto un sistema financiero sustentado tan solo en el poder especulativo de los ambiciosos, llevando al mundo al borde de un colapso que todavía no se ha frenado. Pero hay en el horizonte un ambiente de moderado optimismo para modificar los procedimientos especulativos de las ambiciones, que procuraba el lucro del capitalismo salvaje del papa Juan Pablo II, o el de casino de Leonel Fernández. Es probable que se moderarán las apetencias de la sociedad que estaba inclinada hacia el sibaritismo de la revolución del bienestar.

Antes tantos problemas que los dominicanos confrontamos, parece que buscamos a todo lugar un escape de la escasez de trabajo, de pocas demandas para muchas actividades y mercancías, procurándose la supervivencia dentro del nivel económico de cada quien.

Por cuanto no es de extrañar esa carrera loca por frecuentar los sitios públicos de bebidas y restaurantes de todos los niveles, a la presentación de artistas internacionales y asistir a los estadios de béisbol. En particular los populares colmadones, pese a Interior, se congestionan con una apreciable cantidad de parroquianos, que aparte de acudir a reunirse con amigos, lo hacen para disfrutar de una cerveza bien fría ya sí escapan de sus avatares diarios de ver la merma de sus ingresos, o de sus ahorros, de la amenaza de la delincuencia y de los apagones provocados por la morosidad del gobierno para honrar sus deudas con los que le suplen la energía.

Se visualiza el 2009 como un año difícil. Se deberá entrar en una etapa de sincerización de la realidad del país en que vivimos, cuando hay sectores que se creen estar viviendo en un país desarrollado como lo atestigua la sorprendente proliferación de vehículos de lujo que circulan por las calles, la avalancha cotidiana de dominicanos viajando al exterior a disfrutar de vacaciones y visitando los lugares más exóticos del mundo o acaparando en sus lujosas residencias las extravagancias más suntuosas del buen vivir de sociedades más opulentas y que quizás no hacen tanta ostentación de sus fortunas como ocurre aquí a ojos vista.

Todo indica que el escapismo social que procuran los dominicanos es parte de una auto defensa cuando se aceleran los viajes de ilegales en yola hacia Puerto Rico, se incrementa el tráfico de drogas, más jóvenes quieren ser deportistas o faranduleros y más mujeres ofrecen sus cuerpos a un público masculino sediento de placer. De esa manera, los embastes económicos, son amortiguados por esa forma de vivir que se sostiene, sin ser más puritanos de la cuenta o querer esconder la cabeza de la vergüenza, el crecimiento y desarrollo del país de los últimos años.

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