Cronología de un día que cambió el mapa del básquet y los negocios. Los motivos. Lo que se esperaba de los vínculos con los Bulls y Nike y los resultados. Por qué ya nada fue igual, dentro y fuera del campo
Hace exactamente 40 años, cuando Michael Jordan firmó su primer contrato profesional en Chicago, los Bulls eran el equipo menos popular de la ciudad. Los Bears de la NFL eran los más atractivos, los Cubs y los White Sox de la MLB se repartían a los fans del béisbol, y los Blackhawks de hóckey sobre hielo tenían lo suyo. Hasta los Sting, un conjunto de fútbol de salón, atraía más gente que los Toros.
En la temporada previa al arribo del N° 23 (83/84), el equipo había perdido 55 de los 82 partidos y terminado en el puesto 21° (de 23) en convocatoria, con apenas 3.100 personas por partido. Ya con MJ, las victorias pasaron de 27 a 38, el equipo volvió a playoffs tras cuatro años y el aforo se duplicó (6000 para ser el 9° de 23).
“No te equivocaste en el draft, este chico es realmente muy bueno”. Así le dijo uno de los asistentes al entonces general manager Rod Thorn, directivo responsable de la elección en el puesto N° 3, luego de la primera práctica.
En Chicago, está claro, pensaron que aquel chico que hizo poner la cláusula “por amor al juego” -que le permitiría jugar siempre, aunque sean picados con amigos entre temporadas- en ese primer acuerdo sería un jugador muy bueno, hasta distinto, que los ayudaría a cambiar esa mala realidad en Chicago, pero nunca imaginaron semejante revolución, impacto y cambio en la realidad de la franquicia, de la NBA y del deporte mundial.
Y menos que hoy seguiría siendo tan popular como en aquellas noches de hace más de 20 años cuando nos emocionaba con sus hazañas.
Aquel primer contrato profesional, de “apenas” 2.720.500 millones por 4 años con la franquicia, no fue el único que firmó hace cuatro décadas.
El otro, con Nike, sería aún más trascendente y lucrativo. El acuerdo que cambiaría la historia del marketing deportivo y lo haría ser, aún hoy, 21 años después de su retiro definitivo, el atleta -o ex- que más dinero gana en el mundo, habiendo embolsado 250 millones en el último año por sus acuerdos comerciales y, especialmente, por las regalías de su contrato de por vida con Nike. Una ganancia que, contando toda su carrera, supera los 3000 millones, cuando en sueldos sólo cobró 93.5 millones en 15 temporadas en la NBA.