Para la mayoría de pasajeros, lo peor que puede pasar durante un vuelo es estrellarse y no piensan en otras amenazas que podrían convertir su experiencia en una pesadilla.

Luego de los ataques terroristas del 11 de septiembre del  2001, la seguridad en la aviación se ha incrementado a límites que  nunca nos llegamos  a  imaginar. No solo nuestro equipaje es sometido a una revisión exhaustiva, sino que nuestro propio cuerpo puede ser escaneado en ciertas inspecciones aleatorias que nos suelen poner  nerviosos.

Además de las medidas de seguridad implementadas en los aeropuertos  por los cuerpos militares encargados, las aerolíneas están obligadas a ejecutar sus propias medidas  que comprometen por igual a su personal y los pasajeros.

En el caso de la seguridad durante el vuelo, las líneas aéreas debieron fortalecer las puertas de las cabinas que aíslan a los pilotos protegiéndolos, incluso, de disparos de armas de fuego. Si el capitán necesitara salir para ir al baño, se debe seguir un procedimiento con los sobrecargos, que tienen que cuidar que los pasajeros permanezcan en sus asientos mientras éste se desplaza por el pasillo escoltado por alguien de la tripulación.

En los vuelos comerciales suele haber un oficial encubierto que debe detectar, disuadir y derrotar los actos hostiles dentro de las aeronaves.

Por su parte, los pasajeros son estimulados por los altoparlantes de los aeropuertos a mantener consigo el equipaje y a denunciar cualquier maleta abandonada. Pero la sola experiencia de ver por televisión ese acontecimiento histórico del 11 de septiembre, ha generado en todos los que abordan un avión de pasajeros una actitud de alerta ante situaciones que puedan amenazar la llegada a su destino final.

Los empleados de las distintas aerolíneas deben presentar una certificación de no antecedentes penales y someterse a las mismas inspecciones que los pasajeros cuando van a pasar un punto de seguridad.

Tenemos que reconocer que, a pesar de lo estresante que pueden ser todas las medidas de seguridad que se implementan hoy en día en la aviación, la mayoría está de acuerdo con que son necesarias y contribuyen a que nos sintamos más seguros.

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