A 72 horas de una decisión crucial para el futuro

A 72 horas de una decisión crucial para el futuro

Fabio Herrera Miniño.

Solo faltan tres días, para que la esperada masiva asistencia a los centenares de colegios electorales repartidos por todo el país, se vean copados por una masiva concurrencia ávida de ejercer su derecho a votar y elegir los candidatos de su preferencia, tanto a nivel congresual como presidencial.

Aparte del pataleo acostumbrado de la oposición en contra del partido oficialista con las acusaciones del uso exagerado de los recursos públicos, y patrocinador de un descarado transfuguismo, todo ha transcurrido con normalidad sin agresiones o eventos preocupantes de enfrentamientos o de expresiones fuera de tono de algún dirigente abrumado por la derrota que se le avecina.

Por el aporte presupuestario del Gobierno que han recibido eso amortiguó sus quejas, tan solo para fines de los medios, pero en el seno de sus hogares se mantienen tranquilos ya que lo recibido del Estado les permitirá recuperar sus inversiones si es que las hicieron.

Puede leer: Ya no hay vuelta atrás

Y así vivirán los políticos hasta la próxima campaña electoral para poder seguir medrando a la sombra de los recursos públicos provenientes de los pagos de impuestos de los contribuyentes abrumados por la voracidad de los políticos con sus exigencias para poder continuar apoyando con ese financiamiento sus aventuras políticas para no alterar la paz social que se sostiene en el país por esa generosidad del poder público para que no ocurra un desmadre social. Y es que por las ambiciones desatadas para supuestamente mantener la paz social que disfrutamos con los políticos calmados es gracias a la generosidad del tesoro nacional.

De otra manera ya la paz se hubiese alterado y aquí viviéramos como en los tiempos de concho primo de comienzos del siglo XX.

Estamos en la antesala de las elecciones presidenciales y legislativas por lo que estos días finales, supuestamente de reflexión, se convierten en juergas hogareñas o de colmadones con los grupos esperando las horas finales del domingo 19 para iniciar el proceso de la ola de comentarios de quien ganó o de quien cometió fraudes colosales para tratar de torcer la decisión libérrima del votante. Es un propósito de enturbiar un proceso, que por la experiencia de tantos años, son mínimas las fallas por culpa de los políticos desaprensivos.

Estos no resisten verse derrotados pese a las trampas procesales. Siempre por encima de esos intentos de engaño para el votante prevalece la verdad de que el pueblo habló y su decisión debe ser respetada. Ya no hay clanes militares identificados con intereses políticos partidistas y casi todos están alineados con la institucionalidad que los favorece con generosos aportes en ascensos, lujos inmobiliarios y metálico de manera que puedan exhibir un nivel de vida de acuerdo a sus rangos.

La novedad de este proceso electoral fueron los debates de los candidatos presidenciales que en las últimas semanas inundaron los medios en donde ellos se presentaron como mansas ovejitas destilando el amor por sus correligionarios con promesas, planes etéreos y de lo bueno que ellos van a trabajar desde el poder para resolver todas las deficiencias que el actual gobierno ha cometido y ha sumergido al país en la pobreza.

Esa pobreza solo está en la imaginación de los políticos de oposición con sus falsas creencias sin darse cuenta como el país se desenvuelve a todos los niveles de emprendimientos y producción. Y con la consiguiente generación de riquezas.