Al momento de redactar esta entrega, dos sucesos del litoral económico sacudieron al país, el primero con matriz del decreto 270-20 del 2l-07-20 del presidente Danilo Medina otorgando autorización al Grupo Hazoury Toral construir un aeropuerto internacional en Bávaro, a quince minutos del Internacional de Punta Cana, patrocinado por ABRISA.

Segundo, la avioneta Cessna matrícula Nil7lE que despegó del aeropuerto de Puerto Plata el 3l de julio con destino a Barahona y concluyó amarizando en el lago de Maracaibo, Venezuela.

Abrahán Hazoury Toral, presidente del Aeropuerto Internacional Bávaro (ABRISA), publicó espacio pagado en los medios el día cuatro, y en vez de explicar la real conveniencia nacional de un aeropuerto gemelo de otro, agotó el 90% del espacio en quejarse y sufrir el éxito del aeropuerto Punta Cana, lamentando “personas sacrificaron su honor intentando perpetuar monopolio y privilegios a cualquier precio”, que debiera identificar.

Lamenta Abrahán Hazoury Toral la cuna de oro por incentivos fiscales que nació el Aeropuerto Internacional Punta Cana, expresando que el suyo es pura inversión privada, empero, una nota de Listín Diario del día tres, asegura que Confotur libera de impuestos a ABRISA por quince, con sacrificio fiscal por RD$90 mil millones.

Ahí se caen, antes y después, todo argumento justificativo del aeropuerto Bávaro
Autorizar el próximo gobierno del presidente Luis Abinader un aeropuerto internacional en Bávaro a quince minutos de Punta Cana, concedería facultad a otra empresa construir uno en Cabarete, u otro en Quinigua, a diez minutos de Santiago.

Alguien ha debido aconsejar a Abrahán Hazoury Toral, propietario de UNIBE, solicitar al próximo gobierno construir un aeropuerto internacional en Manzanillo y explotar el Polo IV de Turismo dispuesto por el presidente Joaquín Balaguer, aprovechando las bellezas escénicas de Estero Balsa, que sería el segundo aeropuerto internacional costa norte.
¡A….BRISA!