Amores y dinero
quitan el sueño;
yo, como no los tengo,
muy bien que duermo.
Quisiera ser el solcito,
que nace en el cielo azul
para besarte en la frente
con un rayito de luz.
Me ha mandado mi mamita,
que le dé las buenas noches;
y si no ha visto pasar
una lagartija en coche.
Por las orillas de un hombre
estaba sentado un río,
afilando su caballo
y dando agua a su cuchillo.
Lo primero que ofrecen
los de la sierra,
unos quesillos duros
como las piedras.
¡Ojalá Dios se enojara
y me mandara en castigo
una creciente de arrope
y una soga de quesillos!
Al tiempo le pido tiempo
y el tiempo tiempo me da,
y el mismo tiempo me dice:
el tiempo te vengará.