Ciudad del Vaticano, EFE.- El papa Benedicto XVI exhortó a los jóvenes a conocer al Espíritu Santo, «ese gran desconocido», a descubrir el valor del sacramento de la confirmación, a ser misioneros y a participar en la nueva evangelización del mundo, en especial Oceanía.   

El Pontífice ha hecho esas exhortaciones en su Mensaje para la XXIII Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará del 15 al 20 de julio de 2008 en Sydney, hecho público ayer por el Vaticano, un día después de la fecha anunciada en un principio por el propio Papa.    El mensaje está fechado el 20 de julio en Lorenzago di Cadore, la localidad alpina italiana en la que Benedicto XVI transcurre sus vacaciones de verano, y tiene como lema: «Tendréis la fuerza del Espíritu Santo que descenderá sobre vosotros y seréis mis testigos».    Benedicto XVI recuerda en el mismo la anterior jornada de la juventud, celebrada en agosto de 2005 en Colonia (Alemania) y que fue la primera que presidió.    En el mensaje, el Papa afirma que el Espíritu Santo es el dono más grande de Dios al hombre, «el testimonio supremo de su amor por nosotros, un amor que se exprime como un sí a la vida que Dios quiere para cada uno».   

 El Papa teólogo se pregunta que es el Espíritu Santo y se lamenta de que no son pocos los cristianos para los que continua siendo «ese gran desconocido». Tras invitar a conocerlo, añade que hay que acogerlo como guía de las almas.    En el texto, el Obispo de Roma expresa su tristeza ante los numeroso casos de jóvenes que se alejan de la fe cristiana y de aquellos otros que no reciben el sacramento de la confirmación.    «Hoy es muy importante descubrir el sacramento de la Confirmación y encontrar de nuevo nuestro crecimiento espiritual. Quien esté bautizado y no lo haya todavía recibido debe prepararse para hacerlo y así convertirse en un cristiano ‘confirmado’, ya que la Confirmación perfecciona la gracia bautismal», escribió el Pontífice. El Papa Ratzinger dice también a los jóvenes que en este mundo «marcado por numerosas y graves injusticias y sufrimientos» es necesario y urgente ser misioneros y proclamar el Evangelio y les invita a «no tener miedo de convertirse en misioneros.