A cuidar las tijeretas como a las tortugas

A cuidar las tijeretas como a las tortugas

Urge poner asunto a la tijereta, uno de los pájaros marinos más conocido en nuestro país. Frente a Santo Domingo, la capital, y las demás ciudades costeras de importancia como La Romana, San Pedro, Azua, Barahona, Sabana de la Mar, Miches, Sánchez, Samaná, Nagua, Puerto Plata y Montecristi, y las demás, las tijeretas han estado patrullando los cielos costeños desde siempre. Pero hoy hay menos…

Las tijeretas son pájaros grandes, enteramente negros o blancos y negros, con alas alargadas y colas como tenedores. Los machos poseen un buche inflable rojizo. Curiosamente, pese a ser marinas las tijeretas no pueden nadar. Tampoco caminan sobre la playa como los pelícanos, bubíes u otros pájaros marinos.

Poseen sin embargo la mayor envergadura, o extensión de sus alas en relación a su peso, de todas las aves, marinas o no. Son capaces de permanecer en el aire, volando sin cesar, por hasta una semana, muchísimo más que un “Tucano” de nuestra Fuerza Aérea o cualquier jet de la “U. S. Air Force”.

De las cinco especies de tijeretas que existen en todo el mundo, una es endémica en la República Dominicana. Y aquí abundan en varias partes. Por ejemplo, he visto con mis ojos islotes en Los Corbanitos, en la ensenada de Calderas que franquea la bahía de Ocoa, donde cientos por no decir miles de tijeretas anidan y se reproducen.

Igualmente, en la “Caldera del Diablo”, el paso marino entre la Saona y la isla de Santo Domingo, hay otros islotes de manglares y arenas superficiales donde millares de tijeretas hacen nidos y crían polluelos. Es un espectáculo bellísimo, que la Providencia me ha regalado, ver santuarios donde el verde desaparece cubierto por el negro plumaje de las tijeretas.

También en la costa Norte abundan las tijeretas, cuya utilidad es enorme para los pescadores artesanales y deportivos pues cuando hay muchas sobre cualquier parte de la mar, seguramente está subiendo carnada (sardinas, balajúes, bonitos o blanquillas) atacada por peces pelágicos.

Recientemente, he vuelto a  oír reportes de disminución del número de tijeretas, quizás por la contaminación. Al país le conviene proteger a este majestuoso pájaro marino. Ojalá pongan al asunto tanto interés como al exitoso programa de protección a las tortugas que vienen a desovar. Sería mala cosa que a mi generación le reclamen dejar acabar las tijeretas…

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