A Danilo, el presidente electo

A Danilo, el presidente electo

Más de cuatro décadas viviendo entre los muertos me han enseñado a ser un defensor de la vida. Corriendo la película del peregrinaje existencial en reversa desde el sepulcro senil hasta la hermosa y tierna infancia, me permite emitir algunos juicios que de ser escuchados nos evitarían algunos tropezones de posibles consecuencias fatales.

Mi difunto padre repetía hasta el cansancio que no hay nada peor que dar consejos a quien no los pide. Contraviniendo esa sabia expresión me aventuro a soltar al aire unas advertencias de peligro en la ruta por la que habrá de transitar nuestro presidente electo.

Compañero Danilo: en los días, semanas y meses que preceden al 16 de agosto de 2012  usted se verá sometido al asedio de centenares y quizás miles de individuos deseosos de convertirse en miembros de su equipo de gobierno.

Deberá tomar pastillas anti arrítmicas, conjuntamente con un sedante de larga duración que les permitan calmadamente, y sin padecer una catástrofe cardio-cerebral, escoger a los mejores hombres y mujeres para formar el nuevo gabinete.

No caiga en el error de inclinar la balanza totalmente hacia el tecnicismo, primero exíjales lealtad y fidelidad  al ideario contenido en su plataforma programática. Cuídese de los simuladores, lea la honestidad y la sinceridad en el alma de esos voluntarios de último minuto. La gente de su entorno más cercano deberá gozar de su confianza, y tener una hoja de conducta intachable ante los ojos del pueblo. Una de las mayores pifias a cometer  sería la de caer en la tentación de engavetar su amplia y esperanzadora propuesta  de campaña para dedicarse a la improvisación.

Ni siquiera en la música se garantizan buenos resultados con dicho proceder. No olvide que cerca de la mitad de los electores no favoreció su escogencia; gran parte de ese pueblo puede ser atraído a través de políticas incluyentes  que de modo tangible demuestren que el nuestro es un gobierno para favorecer a toda la gente laboriosa de buena voluntad.

Alguien ha dicho, que si bien es difícil alcanzar el solio presidencial, todavía más difícil resulta mantener el prestigio y la credibilidad popular cuando se ejerce la función de gobernar. Haga que su palabra siempre se corresponda con lo que hace, tanto en el sector público como en el privado. Jamás negocie los principios so pena de ver desplomarse las columnas de su edificio. El escepticismo se ha adueñado de una parte de la población, ello representa una oportunidad de ganarse su favor. Hay sectores necesitados y enfermos que se sienten abandonados; están identificados, manténgale su voz de aliento y no los abandone.  El pueblo dominicano nos ha dado otro voto de confianza a través de su persona. Es un cheque en blanco al portador.

Puesto que no abrigamos tendencia suicida, estoy en la plena seguridad de que sabremos corresponder a ese crédito abierto al Partido de la Liberación Dominicana. Con la experiencia de los muertos son muchos los vivos que se pueden salvar. En sus manos está el conducir al rebaño por senderos de paz, progreso y bienestar colectivo. ¡ Salud y buena suerte!

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