¡A defender nuestra verdad!

¡A defender nuestra verdad!

FIDELIO DESPRADEL
Algunas y algunos de los que leen esta columna conocen el trabajo ¡Cambiemos el Rumbo del País!, donde, junto con un grupo de personas que comparten conmigo la militancia, expresamos nuestros puntos de vistas acerca de la situación actual del país, de la forma cómo llegamos hasta la situación de hoy y lo que debemos hacer para cambiar el rumbo fatal que nos han impuesto. Quienes se interesen por este trabajo, pueden escribirnos a: irsalazarm@hotmail.com

Lo que quiero destacar en este artículo es que los sectores que hegemonizan el Bloque de Poder del país, encabezados por la «dama de hierro» y demás poderosos capitanes de la industria extranjerizante, por el omnipresente sector financiero, por los grandes intermediarios y por el capital extranjero (que es el mandamás en este bloque de poder), están aprovechando la crisis para redondear su dominio sobre el país: Primero: le están haciendo saber al actual presidente, que ellos son «socios de su triunfo electoral» y «socios del poder» (no pasó así en 1996). Segundo: Los cabilderos de los dueños del país, no pierden oportunidad para hacerle saber al Congreso en donde está el poder, y en estos momentos, están en vías de imponer a ese mismo Congreso, dominado por el PRD, que les apruebe «otra» reforma fiscal, donde prevalece el sistema de los impuestos indirectos, y donde a ningún congresista, ni siquiera se le ocurre, plantear el principio de que «paguen los que mayores ingresos reciben». Tercero: Los «dueños del país» tienen al servicio de su Modelo a todas las instituciones que componen el Estado (gobierno, iglesia, prensa, colegios, instituciones, ONGs, otras) ¡No hay un solo de estos sectores que se atreva a contradecir el «sentido común» impuesto por los sectores hegemónicos del Modelo impuesto en las últimas décadas! ¡Ni un solo!

A instituciones como FINJUS, como la inefable Participación Ciudadana, y así un sinnúmero de ONGs financiadas por el capital internacional o por los aportes de los grupos de poder y el gobierno, no se les ocurre, ni en sueños, contradecir el «sentido común» impuesto por los diseñadores del Modelo. ¡No hay un solo comentarista, congresista, «líder de la sociedad civil», «comunicador», que se atreva a tocar las partes sensibles del Modelo que socava cada vez más las bases de la Soberanía del Estado y de la Nación! ¡Las excepciones son honrosas!

La maquinaria de imposición y reproducción del modelo, que ya ha recorrido el mayor trecho en su acción contra el país, «está bien aceitada». A lo sumo, se le permite a algunas personas, muy bien ubicadas, criticar «la corrupción», propugnar por «sanear la policía», pedir «que la maquinaria del gobierno sea más eficiente», que a los ciudadanos y ciudadanas «no se les someta a los abusivos procedimientos que se imponen en las oficinas públicas». O sea, ¡hacer más respirable el ambiente del infierno!

¿Y los llamados «partidos mayoritarios» y la élite política que los dirige?: Los sectores hegemónicos del Bloque de Poder los critican, los atacan, le dan algunas «pelas», como los padres hacen con los hijos «malos». Pero finalmente, se ocupan de que «sobrevivan» a los ataques, para mantenerlos «en reserva», por si el gobernante de turno se le ocurre «salirse del carril».

Así funciona la democracia «made in USA», regenteada por los sectores hegemónicos del poder del país y por la clase política dominicana.

¿Por qué planteo, por enésima vez, todo esto? ¡Porque no es posible soñar con una República Dominicana Soberana y un futuro de esperanza (educación, salud, vivienda, recreación sana, Soberanía) para las grandes mayorías, si no nos aprestamos a construir una Alternativa al desastre que nos han impuesto!

Y ¡porqué es ahora cuando se vienen creando las condiciones para construir esa Alternativa de cambio! ¡Porque el poderoso (solo potencialmente) sector productivo nacional (que ha estado subordinado, desde siempre, al sector hegemónico) se viene dando cuenta que «sus días están contados»; porque no pasarán más que unos meses, para que todos los sectores medios (principalmente profesores y médicos) se puedan dar cuenta de que no tienen «nada que buscar» en este modelo; porque tengo la confianza (¡rezo por ello!) de que los llamados «sectores populares» empezarán a «tender puentes» con los sectores productivos (que tienen mucho que perder); porque es demasiado evidente el «engaño», la «trampa», la «encerrona», demasiado evidente que los sectores hegemónicos de poder conducen nuestro país, nuestra Nación, hacia la pérdida definitiva de la Soberanía, que es como perder el alma y «la razón de ser».

Por todo esto, y por mucho más, es que creo que es hora de dar un paso al frente; de esforzarnos por construir una Alternativa; por impulsar la acción política, de cara al sol.

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