A despertar ante enfermedades

A despertar ante enfermedades

Por las causas que fuere, entre las que estarían fallas preventivas de inmunización y la velocidad a que viajan los virus en la globalización, afecciones prevenibles y otras más están de retorno con cifras preocupantes. La varicela de viejos tiempos aparece multiplicándose sobre todo en la región Sur. El sarampión lleva escozor a más niños que años atrás, con incidencia que escandaliza mayormente en Estados Unidos, el vecino de amplia conexión aérea con dominicanos. El dengue ni se diga; y la malaria, ambos males difundidos por aguas mal puestas que multiplican el mosquito vector en ambientes urbanos degradados. Golpea y puede ser mortal si falla la atención de salubridad elemental.

El déficit en la expansión de las opciones de la medicina de nivel primario explica la vulnerabilidad de la población que está al margen de la promoción de buenos hábitos y de suficientes ingresos. República Dominicana tiene un camino por recorrer en atención médica o seguirá afectada del poco acceso que caracteriza al subdesarrollo. Una insensible lucha de intereses entre sectores del ejercicio privado en el campo de la salud retrasa el crecimiento de una red de centros asistenciales menores y cercanos que debió caracterizar el comienzo de la Seguridad Social; lo que obliga a muchos pobres a recurrir a la asistencia especializada más cara, aunque sus dolencias sean para un simple tratamiento.

Bánica brilla con falta de empleos

El lado flaco de un pueblo lejano, cuya alcaldesa reclama el mérito de manejar bien al municipio para que la gente se sienta bien, está en el vacío de inversiones creadoras de puestos de trabajo. Hasta ahí no llega el éxito porque a fin de cuentas Bánica pertenece a la zona fronteriza deprimida que, por cálculos de la FAO, uno sabe que allí los esfuerzos contra la pobreza no dan buen balance. Dígase lo que se diga desde otro litoral (oficial).

La juventud de Bánica emigra inconteniblemente como si no oyera la cantaleta de que subir a la clase media baja es ahora más fácil que antes; no deberían desesperarse en salir huyendo hacia Santo Domingo. Que hagan turno para entrar al «milagro económico del Caribe» sin mudarse, mientras su alcaldesa sigue esperando obras importantes que solicita al Gobierno Central.

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