A dos semanas del cambio de gobierno

A dos semanas del cambio de gobierno

Teófilo Quico Tabar

La llegada del nuevo gobierno, al que le tocará una situación difícil, sobre todo en materia de salud, económica y seguridad, se producirá ante la aspiración mayoritaria de que todos los organismos de participación y decisión se comprometan de palabra y acción a encaminar sus esfuerzos a procurar el clima de convivencia indispensable para lograr acciones conjuntas.

Para que en medio de las dificultades, el nuevo gobierno pueda crear bases sólidas hacia los cambios estructurales que se requieren.

Establecer prioridades tomando en cuenta los verdaderos problemas del país y todos sus sectores. Y concretizadas dichas prioridades, determinar los puntos de coincidencia en los cuales se pueden llevar a cabo acciones comunes.

Dejando de lado todo lo que pueda ser un obstáculo a esos posibles planes de desarrollo económicos, sociales, políticos e institucionales.

Que el espíritu de bondad, humildad y fraternidad que hay en la mayoría del pueblo dominicano, sea capaz de tocar las sensibilidades de los sectores que influyen y orientan a la nación. Para que con su actitud contribuyan a afianzar esos elevados sentimientos arraigados en el pueblo dominicano.

Que se reafirme el sentimiento profundamente cristiano de los dominicanos. Cristiano en cuanto a los deseos de superación y perfección. Cristiano en cuanto a la necesidad de mantener permanentemente una actitud de concordia y de bondad hacia los demás. En cuanto a la observación de las más estrictas normas de ética y moral en todas las acciones humanas. De manera especial aquellas que afectan a los demás.

Que las divergencias que se crearon durante el proceso electoral encuentren soluciones lógicas, viables. Partiendo de ideas y planteamientos que tiendan a aliviar los problemas, no a agudizarlos. Que las soluciones representen respuestas a los grandes problemas acumulados. Agravados por los errores y la pandemia.

Que los partidos políticos, sobre todo los que perdieron, analicen su pasado. Sus acciones. Sus conductas. Que lleven a cabo discusiones internas dentro de un clima de armonía. Teniendo en cuenta que los dirigentes son actores frente al gran espectador que es el pueblo. A quien le deben respeto y explicación de su participación. Reflexionar. Enmendar. Debe ser su consigna.
Que haya paz y respeto.

Que todos comprendan el verdadero contenido de ese mensaje. Porque mediante la paz y el respeto se puede lograr un país con mejores oportunidades para todos. Y este puede y debe ser el comienzo. Representa una gran oportunidad, pues la mayoría del pueblo tiene cifradas sus esperanzas de que las cosas cambien positivamente con la llegada de Luis Abinader al gobierno. Y nadie tiene derecho a realizar acciones que pudieran frustrar esos anhelos populares.

Y si a pesar de las advertencias, las autoridades que saldrán del gobierno y de los organismos del Estado no cumplieron con esos preceptos, olvidando su juramento, que Dios y la sociedad se lo tomen en cuenta.

Lo importante para los que entran al manejo de la cosa pública es tenerlo presente en todo momento. Actuar con humildad. Con amor al prójimo. Y sobre todo con temor a su compromiso frente a Dios.

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