A embullarnos

A embullarnos

ROSARIO  ESPINAL
A mediados de julio, un ebanista que realizaba un trabajo en mi apartamento me dijo: «Esto está muy aburrido, se acabaron las primarias y no comienza la otra campaña». Yo, definitivamente, no era la persona indicada para escuchar ese comentario.

Desde 1994, cuando se separaron las elecciones, me he opuesto públicamente a tanto electoralismo. Considero que separarlas no reduce significativamente el arrastre (lo he probado empíricamente en artículos anteriores) y mantiene el país en constante agitación política que desvía de la función de gobernar.

Al oír el comentario titubeé unos instantes. Mi primera intención fue emitir una crítica fulminante, pero me contuve.

Decidí preguntar: «¿y por qué está usted aburrido sin campaña electoral?» Su respuesta: «porque en las campañas los partidos llevan disco lights a los barrios, hacen regalos, y aunque no regalen, los candidatos van a dar la mano y la gente se embulla».

Ah, me dije inmediatamente, ya tengo una razón importante para apoyar la separación de elecciones. No reduce el arrastre, pero las campañas divierten la población.

Mi entusiasmo, sin embargo, se enturbió rápidamente. Me asaltó la idea de que la opinión de una persona no era suficiente para concluir que las campañas entretienen tanto.

Aunque también pensé que cualquier observador de la sociedad dominicana nota con facilidad que la política es un pasatiempo nacional.

Si el ebanista está en lo cierto, la gente ahora comienza a embullarse.

El PRD hizo público que Miguel está en la calle. El anuncio no era necesario porque ya estaba, pero deja constancia del nuevo slogan, manufacturado y facturado posiblemente en una agencia publicitaria.

El PRSC presentó oficialmente su equipo de campaña y Amable llamó a sus correligionarios a tomar todos los rincones del país. Sugiero que lleven estampitas de Balaguer para las plegarias.

El gobierno inaugura obras a diestra y siniestra, con parafernalia reeleccionista, aunque repiten que todavía no están en campaña. ¿Y cómo será cuando estén?

De ahora al 15 de mayo se organizarán muchas fiestas, disco lights y caravanas, los candidatos darán abrazos y besos, distribuirán regalos para embullar los animados y motivar los desanimados, sus fotos inundarán todos nuestros órganos faciales.

Y me pregunto, ¿qué beneficios traerá al pueblo dominicano todo este jaleo electoral? ¿Qué criatura nacerá en nueve meses? ¿Cuáles morirán?

No me opongo a las elecciones, que quede claro. Me embullan, y sobre todo, las considero cruciales para que la ciudadanía ejerza alguna influencia en la selección de sus gobernantes.

Pero la forma y contenido de nuestras elecciones no contribuyen a mejorar la democracia.

Domina el espectáculo farsante. Los candidatos y partidos no debaten propuestas sustanciales y carecen de aval para convencer la población con las promesas que hacen.

En encuesta tras encuesta, la mayoría de los dominicanos dice que no confía en los partidos. Sin embargo, junto a las iglesias, son las organizaciones que más movilizan la sociedad dominicana.

Antes de los años 80, por confrontación ideológica. Después,  por clientelismo.

Pero la lección política del ebanista me lleva a repensar. Considero necesario agregar en la explicación de la vitalidad de los partidos y las campañas, que embullan.

En múltiples ocasiones he planteado que el clientelismo por sí solo no explica porqué tantos dominicanos siguen votando, a pesar de que los partidos y candidatos cuando llegan al poder no contribuyen a mejorar las condiciones de vida.

Pienso ahora que la razón que me faltaba es que entretienen.

Por tanto, planteo que como los candidatos están en la calle sin proclamación oficial de inicio de campaña, la Junta Central Electoral modifique su misión.

En vez de establecer reglas de control que no se cumplirán ni fiscalizarán, que contribuya a que las campañas sean muy divertidas.

Propongo la creación de la Dirección General de Animación de Campaña de la JCE, que contará con la decidida colaboración de los partidos y los medios de comunicación.

Las cuñas políticas en periódicos, radio y televisión (pagadas o donadas) deben ser muchas y coloridas. Periodistas y comentaristas que lo deseen, recibirían por nómina legal una compensación especial para hacer la animación.

Todo puede realizarse sin miedos ni riesgos. No se avista golpe de Estado militar en territorio dominicano en los próximos años. Así es que, a embullarnos.

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