A falta de internet y parabólicas, cubanos se entretienen con el «paquete»

A falta de internet y parabólicas, cubanos se entretienen con el «paquete»

A HABANA.  Nadie sabe de dónde viene, pero muchos cubanos lo esperan con impaciencia: es el «paquete» de películas, series de TV, deportes, juegos y música, que se vende en ‘pendrives’ cada semana bajo cuerda, enriqueciendo la insípida oferta audiovisual pública en la isla.

Este compendio circula de mano en mano desde hace unos meses, incluyendo espectáculos deportivos, chismes de farándula, comerciales, actualización de antivirus, en fin, todo a lo que los cubanos no tienen acceso por las limitaciones de Internet y de antenas parabólicas, que condenan a ver las cinco cadenas públicas de televisión, cuya programación muchos consideran aburrida.

Es quizás el más eficiente servicio de la isla, cuyo origen está bien oculto por la discreción de distribuidores y usuarios, en un país donde los intelectuales acaban de pedir en un congreso una reforma urgente de la televisión, pues su programación es «muy lejana a las necesidades culturales, informativas y de distracción».

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