A fondo

A fondo

Las autoridades locales están en el deber de investigar hasta las últimas consecuencias las circunstancias en que tres jóvenes haitianos resultaron gravemente quemados a manos de desconocidos que les rociaron gasolina y prendieron fuego, el 16 de este mes, en el kilómetro 13 de la carretera Sánchez.

Aparte de que se trata de una atrocidad sancionada por nuestras leyes, es necesario satisfacer el requerimiento del Gobierno haitiano, de que los hechos sean investigados y sancionados sus autores.

El proceder que ha conducido a esta tragedia no debe quedar impune, primero porque es un acto penal y después porque de no ser sancionado dejaría mal parado a nuestro país, donde han surgido brotes de xenofobia contra los haitianos.

Hay varias versiones sobre este suceso, incluyendo la de un joven que sobrevivió a la agresión que provocó la muerte de sus compatriotas.

Las autoridades deben reunir cuantos elementos sean necesarios para llegar a la verdad de este suceso penoso.

La condición de legalidad o ilegalidad de la permanencia de estos haitianos en territorio dominicano no merma, en modo alguno, el derecho a la vida y a que, en circunstancias como las que referimos, se cumpla con el rigor de una investigación a fondo, que culmine con la captura y castigo ejemplar de los culpables de este crimen. Es lo menos que se puede pedir.

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Una buena inversión

El Gobierno ha hecho en Baiguá, provincia La Altagracia, una de sus mejores inversiones, que tiene garantizado un sorprendente índice de recuperación.

Se trata de un sistema de riego en cuya construcción se invirtieron RD$220 millones y que fue inaugurado recientemente por el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI). Con un área de influencia de 21,733 tareas, de las cuales ya están desarrolladas 17,533 tareas, ese proyecto garantiza el suministro del 18% de los requerimientos de vegetales y legumbres para el triángulo formado por los complejos turísticos de La Romana, Punta Cana y Bávaro, un área que tiene el 50 por ciento de las habitaciones hoteleras del país.

Estos establecimientos turísticos cubrían sus necesidades de esos renglones desde Constanza y otras localidades alejadas de su entorno, por lo que el complejo de riego reducirá ampliamente sus costos por este concepto.

De la misma manera, el sistema de riego, al incrementar la productividad de estas tierras de por sí fértiles, mejorará las condiciones de vida de más de trescientos productores que se benefician de la obra y que tienen mercado garantizado para su producción.

Se trata de una acertada inversión, con un índice de recuperación excelente y que, por su alta rentabilidad económica y social, reanima las condiciones de vida de las comunidades bajo su influencia, entre ellas Baiguá, Los Jobitos, Los Naranjos, El Cascajal y La Guama.

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