A golpe de cacerolas, oposición marchará contra la escasez en Venezuela

A golpe de cacerolas, oposición marchará contra la escasez en Venezuela

Henrique Capriles. AFP

CARACAS. AFP. La oposición venezolana, encabezada por Henrique Capriles, busca mostrar nuevamente su músculo este sábado en una concentración, que se anticipa multitudinaria y con «cacerolazos», contra la escasez de alimentos y productos en Venezuela, uno de los reclamos en un mes protestas que dejaron 20 muertos.

«Vamos a una gran movilización nacional contra la escasez (…) que afecta a todos los venezolanos», escribió en su cuenta de Twitter Capriles, gobernador de Miranda (norte) derrotado por un cerrado 1,50% por el actual presidente Nicolás Maduro en la elección de abril del año pasado.

La marcha ocurre en un clima de tensión tras un mes de protestas con derivaciones violentas, que además de 20 muertos y 300 heridos ha provocado decenas de denuncias de abusos policiales.

La movilización en Caracas y otras ciudades es convocada por la variopinta alianza opositora Mesa de la Unidad Nacional por el Día Internacional de la Mujer bajo el lema «Protesta de las ollas vacías» y se anticipa un desfile de amas de casa golpeando cacerolas.

Del lado oficialista, Maduro –heredero político del carismático Hugo Chávez, fallecido hace un año– anunció en Twitter que el sábado será una «gran jornada nacional con las mujeres», pero sin detallar movilizaciones simultáneas a la opositora, como ha ocurrido hasta ahora.

La protesta tendrá como trasfondo las acusaciones de Capriles contra Maduro de estar llamando a una «confrontación pueblo contra pueblo», luego de que el mandatario en un encendido discurso llamara a sus militantes a «hacer valer el orden (…) Candelita que se prenda, candelita que apagamos con nuestro pueblo».

El jueves, menos de 24 horas después de aquel discurso presidencial, un civil que intentaba desmontar una barricada opositora y un policía antimotines aumentaron la lista de muertos en un confuso incidente en una zona opositora de Caracas, que este viernes mantenía fuerte presencia policial.

– Escasez más inflación. En Venezuela, el país con las mayores reservas petroleras del mundo y que registra 56% de inflación anual, es posible llenar el tanque de gasolina con unos centavos de dólar, pero conseguir alimentos y productos básicos, llámese leche, harina, azúcar o papel sanitario, es un vía crucis ya que faltan a razón de uno de cada cuatro artículos y mucho más en el interior que en la capital.

«Ahora me dedico a esto, a comprar. Salgo a las siete de la mañana y recorro tiendas, hago cola dos o tres horas y regreso a mi casa en la tarde. Compro para mis hermanas y le mando a mi mamá a Táchira, donde no hay nada», dice Rosa María, una ama de casa que hace una larga fila para adquirir leche en polvo.

Táchira, en la frontera con Colombia, desató la mecha de las protestas en Venezuela el 4 de febrero. Las marchas a gran escala en Caracas irrumpieron el 12 de febrero al llamado de Leopoldo López, líder del movimiento opositor Voluntad Popular, quien bajo el lema «La Salida» convocó a una multitudinaria manifestación para pedir la renuncia de Maduro.

– Conectar con sectores populares. Sin desautorizar la protesta callejera, Capriles se desmarcó abiertamente de «La salida» promovida por López, quien desde el 18 de febrero está en una cárcel militar de los suburbios de Caracas acusado de inicitar a la violencia.

El opositor ha advertido que «no están dadas las condiciones para presionar la salida del gobierno» y ha optado por «canalizar el descontento» mediante manifestaciones pacíficas como la que encabezó el 22 de febrero y que reunió a unas 50.000 personas.

«Capriles era muy reacio a la movilización porque sabes cómo empieza pero no cómo termina, pero es el único camino que tienes, se ha reproducido en todo país, y él así lo entendió», comentó a la AFP Mercedes Pulido de Briceño, analista política y catedrática de la Universidad Católica.

Para la analista, la marcha de los «cacerolazos» puede ser una oportunidad para que sectores populares, que mantienen «protestas silenciosas», se conecten con la oposición y salgan a manifestarse sin temer en su barrios represalias de los denominados «colectivos», simpatizantes del gobierno que según denuncias opositoras están armados y han atacado las protestas.

«La escasez y la inflación es uno de los aspectos sociales más críticos, con pocas expectativas de que se pueda resolver a corto plazo», agregó la analista.

En su gran concentración del 22 de febrero, Capriles subrayó la necesidad de involucrar a los barrios populares en la protesta para darle una verdadera fuerza.   Saverio Vivas, dirigente opositor del sector popular caraqueño de Catia, reconoció el jueves en declaraciones al diario El Universal que hay protestas «con contenido social» en los barrios, pero son «contrarrestadas por la amenaza de los grupos armados».

El silencio atizado por el temor, según Vivas, se conjuga con las dificultades que experimenta la oposición para consolidarse en esos sectores.

«Es una cuestión de metodología. Si queremos llegar al barrio, debe hacerse a través de los líderes locales», sostiene.

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