Para Luis Eduardo Lora Iglesias el periodismo no es simplemente un oficio, sino una vocación con carácter de compromiso con la sociedad y, fundamentalmente, con las mejores causas y consigo mismo, que debe cumplirse sin parar mientes a obstáculos políticos y riesgos coyunturales. Esa es la esencia de su práctica de medio siglo, por la que cosecha un justo y merecido reconocimiento expresado por vía del Premio Nacional de Periodismo 2016, que le ha sido otorgado.
Huchi nació en Santiago el 7 de mayo de 1947, hijo de la profesora Altagracia Iglesias y el poeta Armando Lora. Definió desde la niñez su inclinación por la comunicación social, estudió la carrera y a los 19 años, el 5 de noviembre de 1966, empezó a ejercerla en el naciente vespertino El Nacional y en la revista “¡Ahora!”. Desde entonces ha sido director de varios medios y fundador de algunos. Actualmente dirige el telematutino El Día, por Telesistema Canal 11, empresa del Grupo de Comunicaciones Corripio.
A su paso por medios de Santo Domingo y Santiago, algunos de los cuales fundó, ha dejado huellas de profesionalidad y ética. Ha ganado notoriedad por sus incursiones en la composición de décimas, música y producción cinematográfica, entre otros campos. Premiar sus méritos es un acto justo y un estímulo para otros comunicadores.

Cacao y caos inmobiliario

La inversión local y extranjera es algo por lo que los Gobiernos han luchado por mucho tiempo, pero el caos inmobiliario se ha constituido en el más serio obstáculo en perjuicio de ese objetivo. El caso del cacao es patético, pues aunque es uno de nuestros renglones exportables de primera línea, sobre todo en su modalidad orgánico, su desarrollo ha sido frenado porque muchos inversionistas temen arriesgar capitales en medio del desorden en la titulación de las propiedades agrícolas.
Mientras eso ocurre aquí, otros países del área están captando inversiones para el desarrollo de este cultivo, convirtiéndose así en fuertes competidores para nuestro país en el mercado internacional. Hay que resolver de una vez por todas los problemas que dificultan la definición y titulación de la propiedad agrícola.