A José “Pepe” Mujica: resiliente y coherente

A José “Pepe” Mujica: resiliente y coherente

José Miguel Gómez

Desde joven, contaminado por las ideas marxistas y deseoso de cambiar el mundo, formó parte del grupo guerrillero los Tupamaros, para luchar, protestar y realizar levantamientos rural y urbano, contra la dictadura militar de su país, siendo encarcelado en una solitaria por 14 largos años.

En su aislamiento carcelario “Pepe” Mujica leía, reflexionaba, repensaba y desmontaba las creencias marxistas verticales, para ser un hombre más flexible, y adaptado a los nuevos procesos, para volver a la política y a la búsqueda del poder. Así llega “Pepe” al Frente Amplio de Izquierda, participando de forma democrática, vía elecciones.

Durante su carrera política fue diputado, senador, presidente de su país, Uruguay, diferenciándose de la izquierda de la ortodoxia, populista y clientelar, modelo fracasado en todo Latinoamérica: tipo Correa, Cuba, Evo Morales, Lula, Chávez y Cristina en Buenos Aires.

José “Pepe” Mujica llegó al poder con una mirada de una izquierda reflexiva, prudente, tolerante, respetando la constitución y los poderes del Estado Uruguayo, pero también a la burguesía y la oligarquía establecida. Sin embargo, logró algunas reformas: legalizó el aborto, aprobó el matrimonio entre las personas del mismo sexo, y legalizó la marihuana en su país, aumentó la presión tributaria y reformas económicas para invertir más en políticas sociales.

A “Pepe” Mujica no lo entendían los izquierdistas radicales, ni los de centro izquierda, más bien, los confrontaba: “el mundo y las circunstancias habían cambiado, el modelo de la repartición y el clientelismo desde el Estado, crea parasitismo y asistencialismo social”. Se dió a conocer en el mundo como un presidente diferente, austero, sencillo, humilde, correcto, coherente, respetuoso y propulsor de lo justo y lo humano. J osé Pepe Mujica, se negó a ejercer el poder con lujos, privilegios y con grupos para repartir y tratar de cambiar la constitución.

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La cárcel ni las torturas, dejaron huellas de resentimiento, odio, maledicencia o venganza en “Pepe” Mujica, de la prisión salió resiliente, diciendo aquella frase: “triunfar en la vida no es ganar, triunfar en la vida es levantarse y volver a empezar, cada vez que uno cae”. Mujica no fue pobre, vivía extremadamente sencillo porque así lo quería: vivir ligero de equipaje, simple, con pocas cosas para no distraerse, donando su salario a los excluidos.

Sin embargo, se convirtió en un referente, en un político coherente, de identidad y de palabra, sobre todo, de vida y de predica. No se sirvió del poder, no traicionó sus principios, ni en lo que creía ni en lo que asumía en la vida.

En el 2016 le conocí personalmente en Cuesta Libro en República Dominicana, hablamos un poco, conocí su discreta y humilde esposa, guerrillera y senadora de Uruguay, una compañera inseparable, resiliente y coherente como Pepe Mujica.


Toda una generación en Latinoamérica y el mundo aprendió algo del presidente Mujica. Logró ser resiliente, referente y digno de admiración, pero sobre todo, logró la transcendencia, el respeto y la admiración en la política. Los jóvenes y los adultos le admiraron por su coherencia de vida.

“Vaya en paz presidente Pepe Mujica, y que la tierra le sea leve para sembrarlo, como se siembran los hombres buenos. Y decente en la vida, con la esperanza de que aparezcan más José “Pepe” Mujica, para sensibilizar el mundo y despertar a los dormidos y distraídos”.

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