A Juan Bolívar: sin cariño

A Juan Bolívar: sin cariño

El 8 de agosto, Juan Bolívar Díaz, en este mismo periódico matutino, publicó un trabajo titulado “Al amigo Euclides, con cariño”, en el cual agradece que hicimos una distinción con él y con Luis Scheker cuando los señalamos, particularmente, como profesionales que tenían antecedentes de que en el ejercicio de sus funciones, periodista y abogado, se les conocía por haberse distinguido por sus conocimientos y capacidad en el quehacer de sus actividades. Hacíamos esa afirmación, y la reiteramos, porque la mayoría de ese grupo de personas organizadas en algo que se llama “Participación Ciudadana”, no tiene antecedentes de ser ciudadanos conocidos ni profesionales exitosos, académicos universitarios, empresarios, comerciantes, o profesionales liberales de incuestionable ejercicio.

Habíamos pedido públicamente a “Participación Ciudadana”, organización denunciadora, fiscalizadora y cuestionadora del gobierno del Partido de la Liberación Dominicana, que hiciera público la nómina de sus funcionarios o dirigentes y el origen de los fondos que invierten en sus actividades que, sin lugar a dudas, requiere de recursos monetarios, para la misión que sus componentes se han auto-asignado. Juan Bolívar, crítico y acusador, militante contra el gobierno peledeísta, califica de “desconsiderada” nuestra solicitud, carente de “argumentación política o ideológica”, señalando además que hemos demostrado “una ignorancia total de lo que es y quienes constituyen PC, indigna de un político tan veterano”.

En párrafos siguientes pasa a dar una explicación de quienes son los dirigentes de “Participación Ciudadana”, los miembros del Consejo Nacional, el Comité Coordinador y las Comisiones de Trabajo, agregando que “son voluntarios que no reciben ninguna remuneración, ni gastos de representación, ni combustibles para sus vehículos, que ponen al servicio de la institución”.   Y agrega que “pagan una cuota mensual”. Nos conmueve profundamente cuánta generosidad, desprendimiento y vocación de servicio ciudadano de parte de esas damas y caballeros, que se han convertido voluntariamente, por propio mandato, en guardianes del patrimonio nacional y severos vigilantes de la conducta de los funcionarios gubernamentales.

Hay un viejo refrán que dice “el papel lo aguanta todo”, y no tenemos que buscar en el Internet ni en ninguna otra parte porque no creemos, ni vamos a aceptar, lo que afirma Juan Bolívar; estamos convencidos, como lo está la mayoría de los dominicanos, de dónde proviene el financiamiento de “Participación Ciudadana” y a quienes le sirven con su oportunista y agresiva conducta. Al margen del respeto que hasta ahora le hemos tenido y las relaciones amistosas que hemos llevado no hemos olvidado la actitud constante, irrespetuosa, que él y muchos de sus compañeros y amigos han mantenido frente al PLD y particularmente a Juan Bosch, endosada ahora al gobierno que encabeza Leonel Fernández Reyna, quizás por rencores, envidia o resentimientos con el compañero presidente, que ha dejado atrás, muy atrás, a muchos contemporáneos, intelectuales engreídos y equivocados.

La Superintendencia de Seguros, que bajo nuestra responsabilidad funciona, no ha insertado en el Internet, todavía, ni las nóminas de sus empleados, ni los documentos que explican y justifican sus gastos económicos, porque esos informes y documentos están en la Contraloría General de la República y en la Cámara de Cuentas. Sabemos y conocemos que hay una ley llamada “Ley General de Libre Acceso a la Información Pública, 2004”,  que hemos calificado como un absurdo, jurídico y político, que como el llamado “Código Procesal Penal” y el “Código de Protección a Niños, Niñas y Adolescentes”, auténticos mamotretos, mal copiados de otros países, que en la realidad jurídica del ordenamiento del Estado dominicano no obedecen a estudios prudentes, minuciosos, profundamente evaluados, por profesionales competentes, para el mejor desenvolvimiento en el orden institucional y jurídico de nuestra sociedad. El tiempo que ha transcurrido y la realidad que estamos viviendo nos dan la razón.

No queremos caer en acusaciones personales como las que ha utilizado Juan Bolívar en el artículo que nos ha dedicado. Pero debemos recordarle que no hemos olvidado que él perteneció a ese escuadrón de acusadores irrespetuosos que se organizó en “Ultima Hora”, cuestionable vespertino, fundado para lanzarle y enrostrarle a Juan Bosch, en el Cenit de su liderato, las calumnias y mentiras que el “Listín Diario” no podía decirle. Y no debemos dejar de recordarle a Juan Bolívar, sin cariño alguno, que él fue embajador del gobierno más corrompido, que después del Triunvirato de 1963, ha gobernado nuestro país. Gobierno del PRD, en el período 1982-1986, cuyas figuras más importantes, desde el más alto nivel fueron condenadas por los tribunales y fueron a las cárceles por largo tiempo.

Debemos recordarlo, porque él habla de nuestro “pasado trujillista de años juveniles”, que no hemos negado nunca, porque aceptamos una designación que ni pedimos, ni ganamos, pero que tenemos muy presente que fuimos los hijos de los militares que bajo el régimen de Trujillo le sirvieron a este país, los que recogimos las banderas de la soberanía y la dignidad, apoyados por la mayoría del pueblo y de los militantes del 14 de Junio, que dejaron abandonadas en las calles de Santo Domingo, a partir del 28 de abril de 1965, los que se autocalificaban de anti-trujillistas de primera que corrieron a ponerse de rodillas y a colaborar con las tropas de intervención de los Estados Unidos de América y de las fuerzas cómplices de las mal llamadas Fuerzas Interamericanas de Paz (FIP).

Si “Participación Ciudadana” quiere conocer en detalles el manejo que en el orden económico se hace en la Superintendencia de Seguros con los ingresos que de acuerdo a las disposiciones de la Ley 146-02 recibimos, y que todavía no aparecen en el Internet, que la soliciten a la Contraloría General de la República o a la Cámara de Cuentas. Y más lejos vamos aún. Vigente está lo que hemos calificado como un absurdo legal y político, que es la llamada “Ley de Libre Acceso a la Información Pública 2004”, que “Participación Ciudadana” y las “entelequias” que la acompañan soliciten la información que necesiten, dando cumplimiento a las disposiciones del Artículo 7 de la referida ley.

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