A Julio César Castaños Guzmán

<p>A Julio César Castaños Guzmán</p>

POR ANTONIO LOCKWARD ARTILES
Te agradezco mi soledad el día la noche.
Reabriste el universo.
Te agradezco mi soledad.
Echaste a andar-de nuevo-mis comparsas.

Mira.
Los niños empujan -de nuevo- sus ruedas de hierro.
Los cuerpos se muestran al sol del mediodía y haitianos me esperan en el batey Verde -al final de la carretera- para que hablemos de la madame Sagá.

Yo veo linieros que trepan por la madera haciendo sonar sus alicates y un cocolo camina por lo más alto de los tachos oliendo melaza.

Ahora yo entro al edificio enseñando mi corbata negra pero están vacíos los bancos del Habeas Corpus.

Y yo protesto.

Los presos están en huelga -allá- en sus celdas lejanas cuando el muchacho canta la clase obrera puede debe unirse.

La clase obrera puede debe unirse.

Te agradezco mi soledad.

Reabriste el universo.

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