A la espera de una mano amiga a tiempo

A la espera de una mano amiga a tiempo

Sólo tiene dos añitos, y su energía hace creer que es una niña normal, sin ningún problema de salud, pero en el caso de Esther, no hay nada más alejado de la realidad.

Con tan sólo 45 días de vida fue llevada al hospital debido a una gripe que la aquejaba, sus padres consideraban que tenía un virus estacionario, pero grande fue su sorpresa cuando los médicos le informaron que debían dejar a Esther en el centro hospitalario para hacerle unos exámenes más profundos.

Su madre, Belkis Medina, no entendía por qué debía dejar a su pequeña, si solamente presentaba un cuadro de gripe.

Días después fueron notificados que Esther tenía una Tetralogía de Fallot (una cardiopatía), un tipo de defecto cardíaco congénito, que provoca bajos niveles de oxígeno en la sangre.

La madre de Esther explica con voz entrecortada que recibir la noticia de la enfermedad de su hija fue devastador para toda la familia, debido a que nunca se imaginaron que podían atravesar por algo tan difícil y desconocido para ellos.

Cuenta que inmediatamente recibió el diagnóstico de la cardiopatía empezó a investigar todo sobre esta dolencia, para de este modo entender las crisis por las que pasaría la niña.

En su búsqueda desesperada por entender cómo se solucionaría este problema, encontró datos sobre el médico español Raúl Abella, cirujano cardiovascular pediatra, quien ha operado a otros niños dominicanos con problemas cardíacos en el hospital Vall D’ Hebrón, en Barcelona, España.

Explica que inmediatamente se puso en contacto con este cirujano para exponerle el caso de su niña; el médico aceptó estudiar el expediente de la pequeña. Unas semanas después, recibió la noticia de que Abella aceptaría operar a la niña.

El doctor Abella le recomendó la operación inmediata, ya que si este problema se corrige a temprana edad, las posibilidades de llevar una vida normal son mayores.

Por un lado está la posibilidad de ofrecerle una vida normal a Esther, por otro la imposibilidad de poder pagar la operación que requiere su hija, debido a que cuesta 25 mil euros.

Belkis explica que ahora entiende todo sobre esta enfermedad congénita, pero entiende que las barreras del dinero alejan cada día más las posibilidades de ver jugar a Esther junto a sus dos hermanas, sin que esta sufra una crisis. Es por ello que implora una mano amiga para su pequeña, ya que su familia es de bajos recursos y no pueden costear la operación que sería realizada fuera del país.

“Esther es una niña con mucho talento, muy independiente y activa, pero su cardiopatía no le permite ser como ella quisiera” comenta Belkis.

Explica que a veces quisiera jugar con los demás niños, pero esto no es posible debido a que se cansa mucho, y tiene que descansar..

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