A la ética la mandaron de vacaciones

A la ética la mandaron de vacaciones

La Asociación Médica Americana fue la única institución que no manifestó su pesar ante el asesinato del presidente John F. Kennedy.
Esa actitud tan rígida y poco humana, se debió a que Kennedy conocía el sistema de seguridad social de Inglaterra donde había vivido cuando joven y, conocedor de las ventajas de un sistema nacional que prestara sus servicios a todos y lo importante de una cobertura universal para los ciudadanos, habló, quiso, propuso, que la práctica médica fuera socializada en Estados Unidos. Esa fue la razón del encono y la falta de humanidad de la Asociación Médica Americana ante el asesinato del presidente de su país.
Aquí sufrimos, ahora, de una disputa por repartirse el mucho dinero de la seguridad social, pues sólo se quiere atender los casos donde el aporte del usuario sea mayor que el consumo de honorarios médicos y medicinas.
Mientras, se espera que este año mueran en los hospitales públicos más de tres mil niños, con menos de un mes de nacidos, lo cual representa un aumento del 31 por ciento con relación al año anterior, según denunció la Alianza por el Derecho a la Salud (ADESA).
La entidad denuncia que crece el porcentaje de muerte de mujeres parturientas por lo cual propone que se declare en estado de emergencia la salud pública y volcar hacia este sector todos los recursos que sean necesarios.
En otro caso, una mujer murió cuando el médico que la operaba abandonó la sala, donde se practicaba el procedimiento, para atender su consulta privada.
La ocurrencia del director del Servicio Nacional de Salud (SNS), Chanel Rosa Chupani, ante la pregunta de los periodistas fue “el caso de este médico no es un caso nuevo ni un caso que es actual, no; y quiero aclarar que no fue que el médico salió y dejó sola a la paciente (sino que) es una práctica en nuestros hospitales, que los médicos, una vez que han adelantado un procedimiento, se marchan y permiten que los residentes concluyan la labor”.
En una palabra, se deja, a sabiendas, una vida humana, porque, al fin y al cabo, no se trata de un familiar del galeno. Obviamente, esa práctica perversa no ocurre en clínicas privadas
Dijo Rosa Chupani que “por esa razón hay suspendidos tres médicos en La Romana, en Mao, Valverde, hay cuatro, igual ocurre en el hospital Marcelino Vélez Santana. Lo mismo pasó en La Vega donde se está haciendo una investigación”, subrayó.
Quizá se trata de médicos acostumbrados a ver morir a pacientes y familiares, a quienes les da lo mismo que el enfermo sobreviva al procedimiento o quede baldado.
Es que, para muchos, la ética está de vacaciones.

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