A la luz desmanes, abusos de familia Bernardino

A la luz desmanes, abusos de familia Bernardino

POR ÁNGELA PEÑA
En un libro que académicos han puesto como modelo por la riqueza documental que avala sus interpretaciones en torno a crímenes del trujillato, Víctor Grimaldi pone al descubierto, con más amplitud y mayores detalles que otros historiadores, atropellos, desmanes y excesos de la familia Bernardino, acusada de asesinatos, secuestros, atentados a jefes de Estado y calumnias.

Minerva Bernardino, hermana de Luis y de Félix W., es señalada por él como la persona que dio al dictador la primera noticia de la tesis que preparaba Jesús de Galíndez sobre la dictadura, lo que costó la vida al profesor vasco.

 De la dama, reconocida, ponderada y distinguida hasta su muerte reciente, se reproduce una carta al Generalísimo cargada de intrigas contra Luis Logroño Cohén, Octavio De la Maza y Juan Rafael Aguilar, entre otros documentos.

 En “Sangre en el barrio del Jefe” se descarga al capitán Octavio De la Maza de participación en el caso Galíndez, contradiciendo a escritores como Robert D. Crasweller, Joaquín Balaguer e infinidad de historiadores, entre ellos Juan Bosch, que lo han repetido, y se ofrecen pormenores que probablemente sean primicia, del asesinato en Cuba de Manuel de Jesús Hernández Santana (Pipí).

 Destaca familiaridad e incondicionalidad hacia Trujillo de la mayoría de sus ajusticiadores y  resentimientos personales que los animaron a organizar la trama. Describe la cercanía de sus residencias y concluye que la muerte del sátrapa fue, en realidad, “un pleito de vecindario, un conflicto de vecinos que salpicó de sangre el barrio que habitaban entonces los residentes de un sector de la capital de la República Dominicana”.

 En apenas 120 páginas, porque las 232 restantes son de testimonios, entrevistas, documentos y un “Fichero de Félix W. Bernardino”, Víctor Grimaldi cuestiona fortunas  en manos de empresarios que fueron socios del llamado “Jefe”, y cuenta con gran despliegue la muerte de Luis Bernardino en Londres.

Los Bernardino

 En “Sangre en el barrio del Jefe” no sólo hay derroche de fotos de los Bernardino, sobre todo de Minerva y de Félix W., sino gran parte del historial de sus vidas antes, durante y después de la dictadura. La atención del historiador parece haberse centrado en ellos para demostrar la responsabilidad de “El gangster”, como llamaban a Félix W., en el asesinato del capitán Octavio De la Maza y desplomar la especie de que Tavito fue asesinado por órdenes del tirano debido a su intervención en el caso Galíndez, lo cual, según los testimonios del autor, es falso. Con el fingido suicidio de “Tavito” De la Maza, Félix W. vengaba la muerte de su hermano Luis, sustenta.

 “Ningún libro hasta ahora había presentado, con rigor minucioso, el suceso original que a partir del día 10 de julio de 1954 determinó la muerte de Octavio De la Maza, a quien los Bernardino trataron de hacerle algún tipo de justicia desde el momento de la trifulca que en la ciudad de Londres produjo las heridas mortales que le costaron la vida el 11 de julio de aquel año al hermano de Félix y Minerva”, significa Grimaldi. Reseña en más de un capítulo pormenores del suceso del que reproduce documentos y testimonios  orales.

 Así como a los Bernardino, el escritor dedica profusión de páginas a Octavio De la Maza, sus parientes, amigos y compañeros que incriminan a Bernardino, proyectado “como una sombra en el entorno de Trujillo cuando descendió la estrella de Anselmo Paulino”. Enumera una “telaraña” de crímenes en los que este personaje tuvo participación, involucrándolo en un plan para asesinar al presidente Somoza y en un atentado contra Figueres, según fichas que le fueron facilitadas en el Archivo General de la Nación, entregadas a esa institución por el Palacio Nacional.

Por rencor

 Después de describir la cercanía de las viviendas de los conjurados del 30 de mayo, detalle que dice han pasado por alto cronistas y novelistas, Grimaldi señala que la familia de Antonio De la Maza, quien había sido gobernador de Moca y miembro del Cuerpo de Ayudantes de Trujillo, “se sintió agraviada por la muerte de Octavio De la Maza. Por eso sus hermanos residentes en Moca y otros lugares del país se involucraron en el complot para matar a Trujillo”.

 Agrega que “quienes planifican la muerte del Jefe, salvo algunas excepciones, eran o habían sido sus colaboradores, hijos de amigos resentidos o empleados de compañías de la familia del dictador, relacionados de algún modo con el gobierno o con empresas del hombre que fue ultimado a tiros en las cercanías de la Ciudad Ganadera, de la hoy avenida llamada del 30 de Mayo”.

Las riquezas del “Perínclito”

 Grimaldi enfoca también la fortuna que dejó el exaltado “Perínclito”. “Cuando Trujillo murió, dejó una riqueza que heredó el Estado y que se fue esfumando con el pasar de los años. Ese patrimonio era ajeno al que legítimamente acumularon otros dominicanos que fueron socios suyos”, manifiesta. Significa que en álbumes y revistas de “la Era” se muestra “a parientes o relacionados de quienes heredaron esas riquezas germinadas en la dictadura y que pasaron luego a manos privadas o al Estado” y añade que algunos papeles arrojan luz de los bienes que poseía el tirano, dados a conocer por las confiscaciones decretadas originalmente por Joaquín Balaguer, a finales de 1961 “y ampliadas después por el Consejo de Estado que pasó a encabezar el connotado servidor de la dictadura Rafael Bonnelly”.

 Y apunta: “En el proceso de emisión de decretos para confiscar empresas del dictador y sus socios hubo casos en que no se midió a todos con la misma vara. Por ejemplo, en la Sociedad Industrial Dominicana el régimen provisional del Consejo de Estado que gobernó en 1962 procedió a despojar de su patrimonio a unos y dejó intactos a otros socios de los Trujillo”.

 Observa que “la dictadura de 31 años fue el germen de la actual clase capitalista dirigente dominicana, haciendo partícipes en empresas, compañías, negocios o financiamientos a nombres y apellidos distinguidos”.

 “Sangre en el barrio del Jefe” es una edición de lujo muy bien cuidada, con riguroso índice onomástico y nítidas fotos, muchas de ellas inéditas.

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