Hoy 
POR MARIANNE DE TOLENTINO
Recientemente se planteó el tema de las generaciones en el arte dominicano, proponiendo que a la clasificación por décadas se sustituyera un tiempo de unos 25 años. Lo creemos muy acertado, a pesar de que la división tradicional ayudó a esclarecer la evolución artística nacional. Así, desde los 80, surgen modalidades y actitudes en la creación visual, y los «novísimos» del tercer milenio se sitúan en ese linaje.
Instalaciones, videos, performances, coexisten con pintura, escultura, gráfica y fotografía. Frecuentemente, los artistas se muestran polivalentes en sus medios de expresión. Si se agrupan, es con motivo de una exposición, salvo en fotografía el colectivo y sus pautas restrictivas no atraen a los jóvenes.
Ese fenómeno sucede con la exposición, en el taller de Rosalba Hernández, de «A la Sexta», un evento multimedia, propuesto por seis artistas que presentan instalaciones, ilustraciones, pinturas, fotografías, performance. Un espacio informal para obras y categorías formalmente realizadas e investigadas. Los seis expositores, brillantes y concienzudos, decididos y experimentales, cada uno según su estilo, ya tienen su lugar en la actualidad dominicana.
A Gerard Ellis, pintor comprometido de temas a técnicas, no le basta el éxito. Elige ahora la ilustración, digital y manual, revelando otro matiz de su personalidad. Pues una característica de los contemporáneos es el rechazo del encierre en un solo lenguaje.
Así mismo, David Pérez, dotado e impredecible, que ha practicado exitosamente la pintura y la cerámica, hoy se involucra en instalación y performance, partiendo del arte del cuerpo para transmitir, hasta el sufrimiento, retos y rituales.
Rosalba Hernández – nunca falta una mujer artista- sigue siendo una especie de Antonio Seguí en la pintura dominicana, plasmando la ciudad, su barroquismo y falta de perspectivas que abre perspectivas, su crisis y seducción también
En cuanto a Limber Vilorio, su carrera artística se anunció desde la adolescencia, y una trayectoria ascendente no detiene su curso. Sigue desmitificando el vehículo de motor y la circulación urbana, jugando ahora con la relación abstracto – figurativo, inducción – deducción.
Si LuIs Reyes Guzmán estuviera en Italia, le ubicarían entre los artistas de la «pintura culta», una vuelta aparente al clasicismo pero con elementos perturbadores – aquí una visión de la mujer y el erotismo -, denotativos del espíritu contemporáneo.
Polifacético, Guillermo Gutiérrez pasea su creatividad entre pintura, gráfica, fotografía y más medios. Le interesa crear atmósferas ignotas, volver a una expresión informal y apoderarse de lo invisible, obtener efectos y descubrir mundos.
¡No cabe duda de que esta colectiva «A la Sexta» empieza a intrigar a partir de su título!.
