MAURO CASTILLO
A la madre de mis hijos, mi querida esposa Mery, a mi madre, a todas las madres que han traído hijos a este mundo, deseo expresarles en ocasión de su Día, que tradicionalmente se celebra el último domingo del mes de mayo, que todas ustedes son maravillosas y que nunca terminaremos de resarcir los grandes sacrificios que ustedes han hecho por nosotros sus hijos. Nuestra vida biológica se apagará y no llegaremos jamás a encontrar palabras, ni cosas materiales tan significativas para pagar los desgarrantes dolores y las pérdidas de sueños que cada madre ha vivido y las horas que nos dedicaron hasta enseñarnos a amar, ser honestos, creer en Dios y respetar la vida de nuestros semejantes.

Felicidades para todas las madres y gracias por darnos la vida y que finalmente todo lo que somos se lo debemos a cada una de ustedes y jamás podremos devolverles todo lo que han hecho para humanizarnos.

De manera muy especial llevaré un beso a tu tumba para ti madre querida, con la esperanza de que tu espíritu estará feliz allá arriba al lado del Señor.

Tus hijos te seguiremos queriendo mucho más, en la eternidad de tu memoria.