A las puertas del 2008

A las puertas del 2008

ATAHUALPA SOÑÉ M
Hagamos de este nuevo año que se avecina, nuevos y firmes propósitos con valores y normas fundamentales en las cuales las ideas que forjaron nuestros antecesores sean el sostén. Desterremos del plano presencial y protagónico todo acto de violencia cual sea su procedencia. Eliminemos toda clase de aberración social que pueda ser vía de tránsito hacia el crimen, la delincuencia. Apelemos a las sabias y altas instancias de nuestros más ejemplares padres de nuestra nacionalidad que todo lo dieron y nada cogieron para hacernos libres y dignos de ser dominicanos.

Hemos dejado el año transcurrido con las experiencias de «Noel» y «Olga», sellando una clara señal de que como seres humanos somos frágiles y débiles, es cierto. Pero también es cierto que somos capaces; de levantar el vuelo hacia la reconstrucción con ánimo de solidaridad tangencial, tal cual hemos demostrado en más de una ocasión.

Cada año habrá de llegar para iniciar su paso hacia su culminación.

Todo esto, se encuentra tocado por el marco impositivo de la «Ley de la Temporalidad»; su justeza se hace sentir a corto, mediano y largo plazo de que todo lo que nace muere.

Cada año de manera elemental, nos forjamos ideas, planes, estrategias, fortalecemos muchas cosas, y otras tantas cosas más, lo que nos lleva a pensar que cada ser humano es un verdadero potencial de valores, porque en cada uno existe y late un corazón con deseos de avanzar y de lograr metas nuevas y promisorias.

No hacen faltas encuestas para saber cuán bueno, malo, buenísimo, malísimo, han podido ser los años ya transcurridos. Esos sentires nos lo expresan las sabias experiencias de las vivencias de nuestros habitantes de cualquier zona o lugar de la isla, sin apelar a encuestas, comisiones, mediadores de gremios o cosas parecidas.

Es cierto que los aprestos hacia un proceso electoral están ya iniciado, por lo que se advierte el nerviosismo de los políticos, los partidarios, los activistas, los grupistas, los tendencistas y todos empeñados en demostrar sus grandes dotes y buenos deseos de servirnos a todos los que trabajamos por todos ellos.

Dicha situación, debe darnos a todos ocupación antes que preocupación, pues forma parte de nuestro colorido folklor político, además con la imagen de una nueva Junta Central Electoral, cuyos miembros a la cabeza de un profesional con una mentalidad promisoriamente heredada del deber, la responsabilidad, y por encima de todo un elevado y recto valor espiritual centrado en lo familiar, fortalecida por la humildad sólidamente sostenida por la Fé mineralizada.

Ya lo han proclamado muchos sectores; una Junta Central Electoral sostenida por valores de tal naturaleza, no puede fallar a ningún pueblo.

Sirva pues, lo señalado, -para destacar el sentido tan especial que nos permite realizar los aprestos para recibir el Nuevo Año con una verdadera carga de entusiasmo, optimismo, buena voluntad, nuevas ideas, y, como solemos decir: «Con nuevos bríos». «Con sangre nueva».

Pocos han de resultar esos 366 días para tantas ideas, planes, proyectos, deseos. No hay espacio para tensiones, pues Febrero viene con 24 horas más, las cuales también vamos a disfrutar.

De lo que si estamos seguros es de que somos valientes, con grandes atributos que sobrepasan la ficciones, razón por la cual soltamos a boca llena y buenos deseos ¡¡Felicidades!!

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