A lo que coja mi bon

A lo que coja mi bon

POR LUIS MANUEL PIANTINI
En mi época de muchacho, y no voy a decir la fecha, había una variante en el juego de bolita que en vez de lanzar el bolòn (bom) o bola de mate a una bolita específica, como en el juego de billar, el bom se lanzaba a lo que matara. Ese jueguito  sucede en la actualidad con las múltiples propuestas de reforma fiscal, a lo que más me de, o menos afecte mis intereses o tendencias ideológicas.  Porque ahí hay de todo y para todos, como en las boticas.

Lo menos que se ha pensado, pocos lo han hecho como el muy bien logrado informe de E. León Jiménez, es el de evaluar el por qué y el para qué se requiere la reforma con efectos en el presente y futuro.

La reforma fiscal se requiere porque se va a aprobar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos, en inglés DR-CAFTA, negociado en el pasado gobierno, y este tratado obliga a la eliminación de varios impuestos, que hoy en día paga toda la población, porque son impuestos llamados indirectos que gravan las importaciones, representando unos RD$25,100 millones, o sea el 3% del Producto Interno Bruto (PIB), una quinta parte de los ingresos fiscales (un reciente estudio de un organismo regional señala, que aquellos países que perderían ingresos equivalentes al 0.7% del PIB como consecuencia de la vigencia del DR-CAFTA  podrían entrar en crisis).  Adicionalmente se requieren unos RD$7,000 millones, para que nuestro Gobierno compense por cierto tiempo, a las empresas o sectores que mas van a ser afectados con la vigencia de ese tratado.

¿Por qué son afectados? Porque al reducirse o eliminarse los impuestos sobre los bienes que compramos  a los productores de Estados Unidos al ingresar al país por las aduanas, sus precios de ventas serán mas baratos que los iguales que se producen en nuestro país, debido a subsidios gubernamentales a la agricultura y bajos costos de energia y financieros entre otros costos con que son elaborados los productos de ese país, y entonces las empresas nacionales, al no poder vender sus productos por ser más caros al consumidor,  tendrían que cerrar  sus negocios aumentando el desempleo, a menos  que las mismas dispongan de un tiempo prudente y de recursos para mejorar sus niveles de competitividad y se produzca  también una mejoría en el ambiente de negocios del país.

Si nuestras actuales empresas industriales y agrícolas pueden ser afectadas eliminando empleo y el Estado va dejar de ingresar miles de millones de pesos, entonces ¿Para qué queremos un TLC con Estados Unidos? Básicamente por tres razones: 1.- Crear un Estado moderno, responsable y respetuoso de la institucionalidad; 2.- Generar empleos y hacer permanente el acceso de nuestras exportaciones al mercado norteamericano para crecer económicamente aumentando el consumo, el ahorro y la inversión de la sociedad en su conjunto y poder importar evitando una crisis cambiaria, porque nuestro mercado es muy pequeño para sostener un crecimiento que reduzca la pobreza y 3.- Al generar nuevas fuentes de oportunidades de empleo e inversión en el sector privado, y al Estado ser mas responsable en sus obligaciones, mejorando los servicios de educación, salud, medio ambiente etc., se fortalece la sociedad haciéndola mas inclusiva y participativa y por tanto el sistema democrático y de partidos, y se reduce la inseguridad ciudadana, la vagancia, la burocracia y la expulsión de los dominicanos hacia el exterior, o sea que construimos una esperanza en un futuro más promisorio como sociedad.

Leyendo los diarios y escuchando los programas de radio y de televisión   notamos que las palabras sustitución de impuestos o no nuevos impuestos, como si los sustituidos fuesen nuevos ingresos, son las que mas se pronuncian. Si usted ha leído o escuchado que la reforma fiscal va dirigida a promover empresas exportadoras y  empleos, que mejoren las expectativas de la sociedad y nos protejan de una crisis cambiaria, debido al aumento de las importaciones por la liberalización arancelaria y con precios del petróleo por las nubes, o que el Estado va a eficientizar y a transparentar el uso de sus recursos, usted por favor hágamelo saber.

Una de las propuestas, es el de  aumentar el impuesto sobre la renta a las personas y empresas, cuando en el resto del mundo se esta disminuyendo. Esta pretensión  no es más que un despropósito y un desconocimiento pleno de la realidad económica que acontece diariamente fuera de nuestras costas. Tal vez por ser isleños no acabamos de conocer o entender lo que esta pasando en la China Popular o el panorama que nos rodea con sus vastas oportunidades de progreso pero también de grandes peligros para convertirnos en un verdadero Estado Fallido como nuestro vecino.  Si este es nuestro pensar, solo fiscalista y demagógico, pretendiendo que somos el ombligo del mundo o la abuelita de Tarzàn, mejor olvidémonos de los TLCs y cerremos esos negocios, para evitarle a esta sociedad males mayores a los recién transcurridos, porque  no hay mayor ciego que el que no quiere ver.

Los países de Europa del Este (ex-economías socializadas) que fueron admitidos recientemente en la Unión Europea (UE), tienen una lucha sin cuartel para atraer inversiones hacia sus países reduciendo los impuestos y haciendo una sola tasa impositiva para todos los gravámenes que fluctua en alrededor del 15%.  Como resultado de estas reformas y por los bajos costos y buen adiestramiento de la mano de obra, las empresas de los miembros originarios comenzaron a emigrar hacia esos nuevos territorios de la UE, lo que provocó que dichos países fueran amenazados de ser excluidos de los fondos estructurales que apoyan el costo del proceso de transformación económica de los nuevos miembros hacia la Unión Monetaria, pues  la reducción de las tasas impositivas evidenciaba la no necesidad de recursos fiscales adicionales como apoyo al proceso de transformación.  La respuesta de los nuevos miembros era que precisamente esas reformas iban dirigidas a generar más inversiones, empleos y riquezas y por tanto mayores ingresos fiscales, reduciendo el tiempo de apoyo requerido para el uso de los fondos estructurales. Y ahí concluyó la discusión.

El Ministro de Economía de la República de Georgia informó, con el advenimiento del nuevo gobierno, que debido a que su país no era miembro de la UE, para atraer nuevas empresas y crear empleos, se reduciría progresivamente el impuesto sobre la renta hasta su total eliminación. Hagamos dicha reforma en Samaná, como lo propuse en una conferencia que dicte auspiciada por el Colegio Dominicano de Economistas en el año 1981, y usted verá sorprendido/a, que se quedara vacío el resto del país, y que en  vez de salir yolas hacia Puerto Rico vendrán de esa isla hacia esa península, convirtiéndola en el Singapur de América. Los resultados empíricos en nuestro país de dos de los sectores que en las dos últimas décadas más han aportado al crecimiento económico y a la creación de empleos, zonas francas y turismo, sectores de nulo o reducidos gravámenes impositivos y los más abiertos a la competencia exterior, son muestras evidentes de nuestra afirmación.

Se ha dicho que con la progresividad del impuesto sobre la renta se busca una mayor justicia y redistribución de los ingresos pues los que ganen más, pues por imbèciles, que paguen más con una escala mayor. Esta afirmación es realmente una sinrazón, pues el mensaje que se le esta enviando a la sociedad es el de ser vagos, ignorantes y de no hacer esfuerzos para prepararse, estudiar y superarse para ser gratificados con mejores niveles de bienestar para usted y su familia y con mayores riquezas para la sociedad, pues la equidad distributiva debe de ser realizada con el gasto público, canalizándose hacia los sectores de menores ingresos. Pero desgraciadamente esta es una sociedad que por lo general al vago se le tiene pena, al irresponsable se le protege y tilda de loco, al honrado de imbècil, se admira al corrupto por timbalero y se envidia al triunfador honesto. Tal vez esta inversión de los valores  son retrancas mentales que nos impiden desarrollar una sociedad que genere mayores niveles de bienestar.

También se ha dicho que la sociedad europea es feliz porque se paga en algunos países hasta el 70% de los ingresos en impuestos y el Estado le proporciona gratis sus necesidades de salud, educación y seguridad para la vejez entre otros.  Pero no se dice que esa vieja Europa está anquilosada,  con ínfimo crecimiento económico y niveles de tasas de desempleos superior al 10% en Francia, Alemania y Bélgica,  frente a una Inglaterra que es la excepción, con tasa inferior al 5%, siendo junto con Irlanda de los escasos países europeos donde se ha reducido sustancialmente el papel interventor del Estado.  No es una casualidad ni un milagro, porque en economía no hay milagros, que de los 15 países con mayor desarrollo en el mundo, solo cinco mantengan niveles de desempleos de 5% o menos y de estos, tres lo constituyan, Inglaterra, Australia y Estados Unidos con estados menos interventores en la economía y niveles de tasas impositivas inferiores a las del resto.  La mayor de las injusticias y la peor equidad en la distribución del ingreso en un país subdesarrollado, es la carencia de empleos, especialmente cuando las personas no tienen seguros para protección contra este flagelo.

Aquí en nuestro país la clase media, que es la asalariada, paga más impuestos que los europeos. Veamos; 25% del impuesto sobre la renta sobre sueldos; 16% del ITBI; aranceles que superan el 20 % cuando se incluye la comisión de cambio; el impuesto a la propiedad; los impuestos selectivos a vehículos, combustibles, bebidas alcohólicas, cigarrillos, transacciones bancarias, placas y un sinnúmero de tasas entre ellas autopistas, aeropuertos etc, etc, sin contar el 10% de las propinas y un 10% adicional al mesero que si no lo paga no le vuelven a servir.  Adicionalmente, un costo de la energia de las mayores del mundo; plantas eléctricas porque pese al costo no hay energia; pozos y bombas de agua; guardianes privados y perros de vigilancia; seguros en clínicas de salud y dentales privadas; educación en colegios privados; necesidad de tener por lo menos un vehículo para no decir varios, que no es expresión de consumismo, pues en una ciudad atrofiada en su gigantismo, por la irresponsabilidad del Estado en su planificación, prácticamente no existe el transporte público; medio ambiente irrespirable en las ciudades  por la emisión de gases y basureros por montones que atentan contra la salud, todos estos servicios públicos o subsidiados, recibidos eficientemente por la población europea, aquí por su carencia o ineficiencia, tienen que ser pagados doblemente de sus ingresos. Ahora sume usted y cómase el cabo y dígame si le resta algo para ahorrar. ¡Y dizque aquí no se pagan impuestos! Eso sí es una injusticia.

El otro despropósito,  es el pretendido impuesto en aduanas con el fin de detectar las evasiones impositivas de las empresas. Este impuesto vulnera lo aprobado en los TLCs que ha firmado el país con Centroamérica y el CARICOM, así como con el contenido del DR-CAFTA y las normativas del GATT, lo que pondría al país nuevamente en el banquillo de los acusados en el Organo de Solución de Diferencias de la Organización Mundial de Comercio, en un momento en que prácticamente hemos arribado a un acuerdo con Honduras en la solución del caso de los cigarrillos de ese país con la comisión de cambio, controversia que le costo al país dos años de litigio.

La reforma tiene que estar dirigida a sustituir impuestos, que en la actualidad afectan al consumo, por otros que también afecten al consumo, para estimular la formación de ahorros y no perjudicar el ingreso que es la fuente de donde se origina el ahorro y la inversión para dinamizar la economía de mercado, que es el tipo de economía en que se fundamenta la apertura y no en otros tipos de inventos tan frecuente en la mentalidad populistas de nuestros congresistas y gobiernos para nuestra desgracia.

De lo contrario, los países de la región competidores con el nuestro, nos harán coca con garata sin puño, llevándose los negocios existentes y los que estan por llegar a la región, estimulados por la aprobación del acuerdo comercial con los Estados Unidos, al ofrecer oportunidades mas rentables y de bienestar mas dignos, para sus ciudadanos y negocios. Y aquí nos quedaremos asando batatas, con nuestros políticos en su habitual trompo embollado, y un país retornando a los viejos tiempo de la España Boba, trillando el mismo destino de Haití y viviendo vergonzosamente de las remesas de las cada vez mayores masas de dominicanos expulsados, con todos los conflictos sociales que su mente pueda imaginar, como herencia de los políticos dominicanos, para usted, sus hijos y demás generaciones. 

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