A los 45 años del PLD, volver a las raíces

A los 45 años del PLD, volver a las raíces

Diomedes Núñez Polanco

-y III-

Juan Bosch dedicó mucho esfuerzo, tiempo y gran cantidad de tinta y papel a explicar la necesidad e importancia de los métodos de trabajo y planes partidarios, así como sobre las estructuras organizativas, como fórmulas imprescindibles para dotar al Partido de la Liberación Dominicana y a la sociedad en general de instrumentos teóricos y metodológicos para contribuir a orientar y a formar conciencia del valor de la disciplina y la mística de los dirigentes y cuadros en la conducción de las instituciones sociales y estatales.
Fue su manera de dar respuesta a las profundas deformaciones que se anidaron en el alma del pueblo dominicano por un proceso histórico traumático, como consecuencia de las luchas de las potencias europeas desde los tiempos de la conquista y la colonización, y al proceso mismo de los avatares económicos, políticos y sociales a los que aquellos acontecimientos dieron origen.
En realidad, la época en que Bosch permaneció en Europa, especialmente en España y Francia, fue la más fecunda de su vida, en términos intelectuales: tres años y cinco meses; salió del país hacia España, vía Venezuela, el 29 de noviembre de 1966, y regresó a su patria el 17 abril de 1970. Escribió entonces obras fundamentales de interpretación del proceso histórico-social dominicano y caribeño, como “Composición social dominicana” y “De Cristóbal Colón a Fidel Castro, el Caribe, frontera imperial”, entre otras.
Allí no sólo profundizó en el estudio y análisis de esos procesos y de la geopolítica, como en el libro “El pentagonismo, sustituto del imperialismo”, sino que reflexionó profundamente sobre los métodos de trabajo, la metodología de los planes de formación política y de las estructuras organizativas.
Para don Juan, “El método de trabajo es el alma misma de la disciplina, y la disciplina genera la unidad, pero para mantener la unidad viva no podemos confiar únicamente en la ejecución de los métodos de trabajo; hay que alimentar sin tregua la mística de la organización. Esa es una enseñanza que hallamos en la historia de dos actividades muy viejas: la militar y la religiosa.”
Sumados a ese conjunto de líneas maestras y procedimentales, figuran el compromiso y la entrega generados por la mística y la fe. Bosch expone el tipo de militante al que aspiraba:
“Cuando se está ante una tarea larga y complicada, es mejor madrugar lo más que se pueda y acostarse sólo cuando ya no queden fuerzas para seguir de pie”.
Y el 2 de abril de 1974, en 3ª. Reunión del Comité Central, expresó:
“…junto con el fortalecimiento de la organización sobre la base de la educación y de las tareas prácticas de cada día debemos comenzar a aplicar inmediatamente, sin pérdida de tiempo, nuevos métodos de trabajo que conviertan al PLD en poco tiempo ( no en cinco años como dijo alguno de los compañeros , sino en poco tiempo, en meses nada más ) en un partido realmente militante, que es lo que tiene que ser el PLD; porque si no es con militancia (militancia permanente, de ese tipo de militancia que se ejerce no solamente durante todo el día sino con la cual se sueña en la noche, cuando se está durmiendo), nuestro partido no va a lograr ni en cinco ni en veinte ni en cincuenta años lo que se propone hacer, que es la liberación nacional”.
El 11 de mayo de 1974, al intervenir en la Conferencia Salvador Allende, observaba la importancia del método cuando se realiza cada actividad. Solo tiene verdadera trascendencia lo que se desarrolla sistemáticamente, en el marco del ejercicio colectivo:
“…muy bien podría suceder que algunos por ahí crean que la conciencia política se desarrolla leyendo libros y aprendiéndose de memoria todo lo que dicen esos libros (…), autores, digamos,(…) como Marx y Engels. (…) hay que leerlos e incorporar las ideas que se exponen en ellos a nuestro mundo interior, es decir, a nuestra manera de pensar, sentir y actuar. Hay que leerlos de tal manera que sustituyamos con lo que ellos nos enseñan lo que no puede enseñarnos nuestra sociedad, que precisamente por ser poco desarrollada en el orden clasista no puede proporcionarnos muchísimas enseñanzas que otras sociedades más desarrolladas les dan a sus pueblos mediante la práctica diaria de la vida”.
Por eso, hay que volver a los orígenes, a las raíces, desde la actualidad global. Es la única fórmula de evitar el agotamiento de los procesos que transitan el PLD, el Gobierno y la sociedad en general.

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