A los 90 años, Fidel Castro es símbolo de la ortodoxia

A los 90 años, Fidel Castro es símbolo de la ortodoxia

LA HABANA. Encanecido y flaco, de voz pausada, vestido con ropa deportiva, Fidel Castro está lejos de la figura proyectada en el imaginario colectivo mundial, la del joven barbado de uniforme verde olivo que levantaba sus armas, imponía condiciones a Estados Unidos o frenaba con su sola presencia una manifestación de desacuerdo popular en el Malecón en medio de una crisis en los 90.

Diez años después de entregarle el gobierno a su hermano Raúl debido a su frágil salud, sin embargo, Fidel resurgió como un importante referente para quienes ven con desconfianza el acercamiento a Estados Unidos y las reformas en el modelo de la isla.

A punto de cumplir 90 años, con un legado inocultable incluso para sus enemigos, es una figura emblemática también entre los sectores que desean preservar cierta ortodoxia comunista y resisten las presiones para ceder parte del control político y permitir una mayor apertura económica.

Adelantándose a su cumpleaños del 13 de agosto, el segundo secretario del Partido Comunista José Ramón Machado Ventura, histórico dirigente de los años en la Sierra Maestra y quien suele ser reconocido por su apego a la línea más firme, le hizo llegar el martes su “más cálida felicitación al líder histórico de la Revolución, por su ya cercano 90 cumpleaños” y aseguró que deseaba “ratificarle el compromiso de seguir siendo fieles a las ideas por las que ha luchado a lo largo de su vida y de mantener siempre vivos el espíritu de resistencia, la combatividad”.

Nacido en 1926 en el oriente de la isla, Fidel Castro encabezó la revolución que derrocó al dictador Fulgencio Batista y se enfrentó a Estados Unidos, la potencia regional construyendo un modelo socialista que marcó la historia del siglo XX en América Latina y trascendió el continente.

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