Todo indica que los dos candidatos para las elecciones de noviembre en Estados Unidos lo serán Donald Trump y Hillary Clinton. Las más recientes encuestas reflejan que de ser así Hillary ganaría, pero por un pequeño margen de cinco puntos. En algunas encuestas ese margen hasta se reduce a un 1%. Pero, ¿a quién le interesa a los dominicanos, incluyendo los 1.8 millones de dominicanos residentes en Estados Unidos que gane? Nos conviene que gane Hillary Clinton y los demócratas.
Primero, porque los asuntos que más nos afectan en las relaciones con Washington serían mejor tratados por Hillary Clinton. En el tema migratorio, incluyendo la deportación de dominicanos indocumentados y con visas vencidas, así como la posibilidad de visas para nuevos emigrantes, los demócratas son más liberales que un Trump que quiere deportar a todos y no dejar entrar casi a nadie. Es el hombre del “muro”.
En los asuntos de drogas y su probable legalización, como es el caso de la marihuana, lo que reduciría la presión en los países del Caribe, zona de tránsito desde el sur hacia Norteamérica, los demócratas están más cercanos a convertir en ley federal lo que ya está permitido en varios Estados de la Unión. La agenda bilateral comercial, aunque en principio los republicanos favorecen más al libre comercio, no contiene hoy día asuntos pendientes muy importantes para nosotros. En cuanto a lo de la posible devolución de una cuota azucarera a Cuba y ofrecer a ese país el libre comercio, lo que nos perjudicaría, los grandes contribuyentes del Partido Republicano lo favorecerían más, por lo que, irónicamente, en el asunto de Cuba tampoco nos convienen los republicanos. En cuanto a nuestro tratamiento de los haitianos, con un Trump virulentamente anti-migratorio recibiríamos menos presión que bajo los demócratas. Para los flujos de remesas definitivamente no nos conviene un Trump que odia a los migrantes latinos.
A los dominicanos nos conviene mucho que Haití se desarrolle, pues eso reduciría la presión migratoria haitiana y los Clinton están mucho más interesados en ese tema que Trump, como lo evidencia el papel de la Fundación Clinton en Haití, aunque hay que admitir que allí han tenido fracasos y los republicanos hasta han promovido falsamente acusaciones de corrupción en el uso de los recursos. La ayuda bilateral es algo ya poco importante para nosotros. En caso de un conflicto de nuestro gobierno con una gran empresa norteamericana, Trump sería mucho más agresivo. En resumen, para los asuntos de la agenda bilateral nos conviene mucho más Hillary Clinton.
Segundo, mi paso como embajador en Washington me confirma lo importante de las relaciones personales y cómo una sugerencia de la Casa Blanca tiene extraordinario impacto sobre el Departamento de Estado, el de Comercio, etc. y es en ese segundo aspecto donde Hillary Clinton también nos conviene mucho más. Las primeras vacaciones que la pareja Clinton tomó después de Bill dejar de ser presidente fue a Punta Cana y desde entonces han retornado once veces. Esta año nuevo que acaba de empezar estuvieron allí donde han desarrollado gran amistad con dominicanos como Frank y Haydee Rainieri.
A diferencia de los Roosevelt y los Bush, quienes poseían mansiones para pasar sus vacaciones, Hillary, de llegar a ser presidente, bien podría seguir tomando las suyas en Punta Cana. Por cierto, el nuestro es el único país latinoamericano que nunca ha sido visitado por un presidente norteamericano en funciones. Hillary nombraría como embajador entre nosotros a alguien tan cercano a ella como el actual embajador lo es de Obama. En contraste, la única visita que Trump ha hecho al país fue a Cap Cana a promover un proyecto de bienes raíces que fracasó. Como no le pagaron a tiempo su comisión, demandó y ganó el pleito en cortes dominicanas.